Clan de Lobos [BkDk]

Campamento improvisado

Estaba temblando, sus piernas no acataban su orden y no podía reincorporarse, tragó saliva y retrocedió desde el suelo señalando hacia aquel chico frente a él que posaba en un estado peor que el suyo.

—¡Respóndeme! ¡¿Qué haces aquí?! —Exclamó torpemente sus palabras por el temor de los pensamientos que le revoloteaban dando una respuesta a su pregunta anterior.

El de ojos carmín ni siquiera parpadeaba, su mirada continuaba fija a Izuku hasta que hizo un movimiento tras escupir sangre.

—Eso debería decirlo yo, ¿por qué mierda volviste? —Su voz era áspera y firme a pesar de sus heridas no temía, pareciera tenerlo todo bajo control.

—¿Volver? Entonces tú eres... —Pausó al ser interrumpido.

—Lárgate —ordenó al tiempo que su pulgar cortaba el hilo de sangre que descendía por su mandíbula. —¡Maldición!

El dolor era terrible, no podía seguir firme por lo que se encogió aferrando con su mano a la herida a su abdomen para detener la hemorragia. Comenzaba a darse cuenta que ese daño era más severo de lo que pensaba al inicio, el mareo comenzó a relucir tambaleándolo hasta recargar a la pared de esa cueva.

La escena era lamentable para Izuku, observarle retorcerse del dolor no era dichoso, él no pensaba seguir mirando sin hacer nada, se arrodilló mientras buscaba dentro del bolso las gasas que llevaba por alguna emergencia y comenzó acercarse con cautela, era un chico desconocido que posiblemente no era de Goa, jamás lo había visto, ni siquiera alguien del reino tenía la descripción de él.

—¿Eres de Erbarn? Me dirigía hacia allá, pero lo más cercano para que descanses es Goa.

—¿Erbarn? ¿Goa? —Repitió aún en el suelo apaciguando su dolor —ya veo, así se llaman las aldeas de los humanos —susurró para sí hasta que notó que el chico se acercaba a él —¡Si das un paso más te mataré! No quiero tu estúpida caridad.

—Pero la necesitas. Con esas heridas no creo que puedas levantarte... —Comentó mientras continuaba su gateo hacia el rubio.

De manera fugaz fue empujado, no se explicó cómo es que terminó en el suelo con un ligero golpe en la nuca pero nada grave, tras abrir los ojos se percató de que el herido estaba sobre él, las gasas esparcidas a su lado, ya que las había soltado tras el agarre forzoso de su mano mientras que la otra estaba siendo pisada de forma violenta, sus pupilas esmeraldas se encaminaron hacia la expresión fiera del chico que estaba agarrando de forma bastante amenazante su cuello.

—Ustedes son fáciles de matar  —comentó soberbio —como ya te lo había dicho, no quiero de tu lástima...

Fueron sus últimas palabras antes de desplomarse sobre Izuku, estaba inconsciente tras ese movimiento brusco que le hizo abrir más su herida. 

El joven mensajero estaba paralizado con el cuerpo encima, por primera vez en su vida sintió el viento congelado de la muerte. Sudaba frío y estaba hiperventilando, en seguida se dio cuenta de la situación girando su cabeza para observar a unos centímetros el rostro del rubio que yacía con una expresión inconciente... O eso pensaba, muy diferente a lo anterior visto.

Lo movió librándoselo de encima, se levantó tomando su mochila para huir a la salida de esa cueva a toda prisa con el plan de notificar lo ocurrido, ese hombre quizá era algún espía de bandidos de la zona, sin embargo ya en el margen de la cueva se detuvo, giró hacia su espalda mientras sus puños lastimaban por la fuerza en la que cerraban dudando de la desición que emprendería.

—No puedo hacerlo... —replicó al tiempo negaba su cabeza haciéndolo volver con el chico que estaba en el suelo.