Clan de Lobos [BkDk]

Antes del alba

Habían pasado un par de horas, eran poco más de las tres de la madrugada, después de un tanto de ajetreo en los calabozos por fin hubo un momento de paz, el chico estaba sentado en el frío suelo recargando su espalda desnuda al muro para tener su vista hacia el pasillo tras los canceles; se había quedado dormido, necesitaba descansar luego de ese día tan estresante e indignante. Ochako, no muy diferente de aquella situación también estaba dormida recostada su cabeza sobre una de las piernas de Katsuki, aún conservaba la capa recubriéndola.

Ambos estaban frustrados, pero ameritaban un pequeño momento de descanso para lo que se vendría.

Minutos después se escuchó la puerta hacia los calabozos abrirse con ese rechinante chocar del desgaste, causando que Bakugou abriera sus ojos intranquilo por saber lo que continuaba, no fue tan alto el sonido que pasaron desapercibidos por Uraraka que aún continuaba durmiendo.

Una vez más se escucharon los pasos que procuraban ser sigilosos más no eran ignorados por la bestia debajo de esa piel humana. Una mueca de disgusto emergió de sus labios tras familiarizar ese rostro detrás de su prisión, éste puso ambas manos sobre las rejas mirando con emoción al chico.

—Eres más noble de lo que imaginaba —escapó con una leve sonrisa —¿Estás preocupado por ella? Posiblemente mañana logren ejecutarla —Katsuki le observaba desde su misma posición escuchando en silencio —todo indicará que fue la culpable de la muerte del rey. Toga es muy buena para manchar en culpa a otros.

—¿Y bien? —Soltó a secas —¿Cuándo podré largarme de aquí?

Dabi se encogió de hombros tras la preguntar, pretendiendo inocencia de desconocer esa respuesta.

—Todo sería más fácil si me contaras lo que sabes sobre Midoriya Izuku, ya sabes, el chico que estaba contigo entre los picos —exclamó haciendo la silueta del mencionado entre sus manos dando la altura y complexión entre el aire. Bakugou resopló indiferente a lo dicho. —Ah, venga... ¿Tampoco te volverás a transformar? Me estás haciendo quedar muy mal con Shigaraki.

—Imbécil.

Unos pasos nuevamente se escucharon adentrarse.

—¡Dabi, debiste esperarme...! —Comentó Toga acercándose a la celda, más no recibía respuesta del otro que solo observaba bajo seriedad al rubio tras las rejas —¡Te estoy hablando! Maldición...

El cazador miró de reojo a la chica que jalaba desde su manga y nuevamente miró a Bakugou soltando un ligero suspiro en resignación.

—Sé que existen más como tú, hace quince años me encontré con algunos que forman parte de mi colección —al oír eso el rubio parpadeó perplejo. —Aunque no me sirve de nada un ejemplar así, por ello te necesito, pero en fin... Supongo que tendré que volver a esa dirección en busca de Midoriya y uno que otro más.

Dabi puso su arma a la espalda dispuesto a marcharse con un semblante decepcionado del sitio, sin embargo fue detenido por la chica de molotes.

—¡Espera, espera... antes de que te vayas...! —Condujo nerviosa mirando dentro de la celda —¿Podrías sacar a Ochako? Debería decir algo esta vez, es su segundo round para que escupa la verdad.

—¿Ahh? ¿Por qué debería? Fuiste tú quien la encerró ahí mismo —quejó Dabi regresando frente a las rejas observando a la castaña dormida, utilizando como almohada la pierna de Bakugou.

—Ya lo sé, sólo qué... Ese chico no es normal —señaló a Katsuki discretamente mientras susurraba —siento que podría matarme con una simple mirada, quizá no estás tan loco como pensé, sólo un poco... —masculló procurando convencer al cazador que le ayudara con ese cometido.