Cacería de alfas

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Calma, esos breves y pequeños momentos de calma que tenía no eran suficientes, luego de lo acontecido en aquella caverna llena de cristales solo debía esperar... Nada más eso.

Recordaba aquel escenario donde se encontraba en uno de los alojamientos cerca de un pueblo en Dayleight, el reino del oeste, muchos días previos a los que está actualmente.

Había logrado un alojamiento en una de las cabañas abandonadas más alejadas al borde del pueblo, siendo aprovechada para tomar refugio luego de que una tormenta les llegó de imprevisto.

Fuertes vientos arrasadores con una breve tormenta eléctrica tocaba por las cuatro paredes al tiempo que Izuku se encontraba desenvolviendo un mapa que portaba consigo en una mesa, había logrado encender uno de los cándiles de aceite abandonados de igual forma el fuego de una fogata a chimenea no muy lejos de ahí. Tal parece que ese lugar regularmente era usado frecuentemente por forasteros para tomar asilo en sus viajes por el estado tan bien conservado que estaba, siendo que todavía había un monto de leña seca con disposición de usarse en una esquina.

Midoriya miraba el mapa a gran escala sobre la mesa señalando con su dedo índice el recorrido que habían hecho desde cierto punto. De uno u otro lugar siempre había oído rumores e incluso leyendas de ciertos territorios que actualmente eran inhabitados por la humanidad.

—Kacchan... —llamó sin apartar la mirada del mapa, teniendo respuesta por el otro que próximamente escuchó acercarse al lugar luego de ajustar la flama de la fogata en aquella chimenea de barro. —¿Alguna vez has escuchado algo de la zona más allá del noroeste?

—Por fin te diste cuenta —exclamó a espaldas del peliverde. —en una ocasión la dragona mencionó un sitio sagrado que no cualquiera podía acercarse.

Bakugou había recordado en una de aquellas visitas que había tenido por la anterior emperatriz tras tenerlo cautivo.

—¿Sagrado? —Susurró llevando su mano al mentón analítico.

—No dijo su ubicación pero... —dijo mientras rodeaba a Izuku y con su propia mano señaló la ruta mencionada. —por la cartografía borrosa diría que ningún humano se ha asomado ahí.

—Quizás no esté en un relieve que se pueda pisar —exclamó pensativo hasta recordar algo —¿Mediante vuelo? ¿Los dragones pueden llegar ahí?

El rostro de Katsuki cambió a uno resignado y cansado ante la idea.

—No volveré a depender de ellas, llegaremos ahí por nosotros mismos.

Convertirse en el líder del propio clan a tan pronta edad le había arrebatado muchos conocimientos que posiblemente la anterior generación de lobos tuvieron con ellos pero a tan precipitadas muertes no lograron trasmitir.

Todo era debido al caos que en los últimos meses se había generado, rumores de que se podría iniciar una guerra entre reinos no era algo que fácilmente podían detener, la causa no era certera pero tenían la corazonada de que esto era generado por un ente más allá de un humano, alguien con posibles planes no muy diferentes a los que Chisaki una vez anheló.

—Entonces mañana a primera hora retomaremos camino...

Izuku estaba tan concentrado formando posibles rutas para su próxima expedición dejando unas marcas en el mapa que no llegó a percibir como Katsuki miraba tan centradamente con sus ojos carmesíes hacia cierto punto de su cuerpo.

El chico respingó con sorpresa al sentir como Bakugou había dejado caer su rostro para así clavar una sencilla mordida a parte de su cuello, consecuentemente una electrizante sensación se recorrería por su espina dorsal dejándolo estático anulando el trabajo que estaba haciendo.

Clan de Lobos [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora