En las praderas del suroeste.
Aún era madrugada, el sol iba a salir en una hora más por lo que el cielo existía un espeso azul oscuro con luz centellante a la deriva. Los poblados estaban tranquilos, sin mucha actividad por ser hora de sueño aun, era el momento propicio para hacer algo que carcomió desde hace unos días.
La idea le estuvo quemando en la mente, no era correcto pero era una emergencia, estaba tan agradecido con aquella familia y aun así debía actuar con prioridad, la preciosa vida de su amado corría riesgo.
Hurtar aquella yegua en su carreta de carga para la cosecha, debía transportar a Bakugou de inmediato hacia la arboleda donde reside el clan, o incluso ir con aquella mujer sabia de Erbarn.
Izuku era un joven astuto e inteligente pero en ese momento no estaba seguro de cómo podría ayudar a la bestia, así que sin más montó a la carreta un rubio somnoliento en completa astenia, acarició su frente apartando un par de hebras doradas mientras lo acobijaba en una manta para recostarlo entre aquella singular capa que siempre portaba.
Midoriya subió a la carreta tomando las riendas del caballo, miró una última vez hacia la granja donde fue ayudado por aquella simpática campesina y su padre.
—Lo siento... —susurró culposo de aquella acción poca ética para después comenzar el galopeo del caballo en retirada.
Por ahora su prioridad era ir con el resto del clan y saber si había algo que pudiera hacer mejoría en el líder con ellos.
Gran parte del camino fue solitario sin quejidos o nada diferente de su partida, Bakugou continuaba en sueño profundo a pesar de aquella posición que lucía adolorido y fatigado, mismo que hacían que Izuku detuviera en un par de ocasiones para darle algo de agua.
Llegó el mediodía, estaba impaciente por llegar pero aún faltaba algo de trayecto, no obstante debía hacer descansar un poco aquella yegua que ayudó con la carga, así que le quitó algunas riendas guiándola a beber agua hacia un riachuelo no muy lejos del sendero, él también se dispuso a almorzar el poco pan y queso que había sido obsequiado por sus anfitriones de aquella granja de calabazas.
Se sentó a unos metros debajo de un gran roble de donde amarró a la yegua, sin dejar de vigilar cualquier movimiento que ocurriese en la carreta, siempre tenía la mínima esperanza de que Katsuki despertase.
Debía haber alguna solución a esa extraña enfermedad, aquel malestar que había drenado la energía en la bestia, la fiebre alta y el perceptible malhumor agresivo de lo normal. Había sido mucho tiempo desde que algo había afectado a Bakugou, pero en esta única ocasión fue donde su habilidad regenerativa y que le llenaba de vigor no funcionaba, esto era un mal presentimiento.
El peliverde masticaba con una tranquilidad falsa por esos murmullos que salían de sus labios ante la gama de posibilidades, aunque hubo un momento en el que algo lo despertó de su trance analítico, de inmediato levantó de su asiento tomando el mango de su espada que yacía enfundada a su lado, unas presencias emergieron a su alrededor alterando su momento de merienda.
Un centellante disparo en arco sonó entre el eco del viento, el chico oportunamente detuvo la flecha con el filo de arma, algo que asustó a la yegua a la orilla haciéndola relinchar asustada.
Nuevamente un par de flechas dispararon entre copas de los arboles a su dirección, por lo que Midoriya evadió girando entre el tronco del roble donde yacía hace unos segundos.
—¿Quién anda ahí? ¡Identifícate! —exclamó molesto por el hostil recibimiento.
Unos pasos quebrando las hojas secas en el suelo resonaron en uno de sus laterales, era un hombre corpulento que cubría su rostro con un casco de caballero. —Tú... ¿bajo el cargo de que reino estas?
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Clan de Lobos [BkDk]
FanfictionUna época de fantasía donde el mundo es regido por reinos, entre ellos Goa, un prospero sitio liderado por Yagi Toshinori, el cual recientemente ha caído enfermo en cama. Uno de sus servidores que en este caso es el mensajero entre reinos es Izuku M...