Vendaval del monstruo

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En las alturas del continente a través de gruesos nubarrones grisáceos conforme avanzaban en su viaje estaba un dragón de escamas azules con un reflejo eléctrico, el cual surcaba los cielos hacia una misma dirección que su propia habilidad le guiaba como si de un hilo invisible se tratase. Sobre ella se encontraba la pequeña que comandaba a su especie y detrás de ella estaba el joven guerrero que tanto admiraba.

La dragona se vio un poco fuera de su concentración por breves instantes dando a Eri la imagen de que algo anormal había percatado.

—¿Qué sucede Pix?

—No te preocupes, es sólo que la ubicación a dónde me direcciona el enlace que tiene Bakugou es hacia las mesetas del noroeste.

—¿Hay algún problema con el lugar? —llamó Izuku extrañado por el comportamiento intrigante.

—Midoriya-kun si bien hace tiempo te mencionamos que antes de asentarnos en Kinluh nosotros éramos nómadas, el último lugar que estuvimos fue ese sitio ya que posee el santuario de la vida.

Izuku sorprendió por eso, era algo que se escuchaba demasiado místico y trasdimensional.

—Ese sitio fue usado por última vez a través de nuestra energía...

La propia dragona detuvo su vuelo estrepitosamente conservando su levitación aleteando un par de veces, hecho propio hizo que Izuku tomara de la cintura a la pequeña frente a él para que no cayera, no obstante eso no evitó que golpeara su nariz con la nuca de ella.

—Lo siento Eri-chan, ¿te lastimé? —susurró llevando su mano a la buscando apaciguar el dolor.

La pequeña no respondió, únicamente observaba hacia determinada dirección entre las finitas nubes que se dispersaban en lentitud, de igual modo la dragona observaba y al parecer fue la causante de su inesperado frenado a su vuelo.

—¿Qué...? —Exclamó con asombro pero de igual modo con un defensivo temor.

—¿Qué rayos es eso? —Complementó la dragona mayor.

Izuku no comprendía lo que sucedía, lo que único que percibió fue una nula y repentina ráfaga de viento que dispersó las nubes rápidamente de aquella dirección.

—¿Acaso crees que es por la mujer que se llevó a Kacchan y Sero-kun?

—Esto es en otra dirección. Viene de las tierras de Gaia —respondió Pix. —Eso se sintió muy peligroso, algo se activó.

—No, fue más bien como si recién pusieras una llave en la manija de una puerta para poder abrirla —corrigió Eri calculando aquella energía que se encapsuló o eso pensaba. —Deberiamos ir, tengo un mal presentimiento pero...

La pequeña pausó su desición al girar con Izuku y darse cuenta que el chico llevaba su mano aun a su rostro cubriendo la epistaxis propiciada por el golpe con su cabeza.

—¡Izuku estás sangrando!

—Llévame con Kacchan, por favor, no puedo abandonarlo, él seguramente hará algo que lo lleve a sacrificarse por los suyos —exclamó molesto recordando esa mala pero leal desiciones que tomaba el rubio.

Eri giró hacia la cabeza de la bestia que montaban en los cielos mirándose entristecidas ambos iris que colisionaron ante ese comentario.

—Por supuesto que iremos con él, no los abandonaríamos luego de todo lo que han hecho por nosotras —dijo Eri obsequiando una sonrisa donde posteriormente se acurrucó en un abrazo hacia el hombre.

Palabras por lo cual sin más Pixie retomó su vuelo hacia la fija dirección a donde iban al inicio.

—Eres bastante cabeza dura tu también Midoriya-kun —llamó la bestia —no puedes quejarte de él si harías específicamente lo mismo. Ambos son muy diferentes pero por alguna razón llegan a la misma decisión de destruirse por el ajeno.

Clan de Lobos [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora