JAEHYUN
Mantuve a Eli en mis brazos. Le di un beso en la frente y le susurré que se sentara en la cama.
Mark no me quitó los ojos de encima. Podría entender lo que se le estaría pasando por la cabeza. ¿Qué narices hacía el demonio que había secuestrado a mi hermana junto a ella? Seguramente pensaría que era víctima del síndrome de Estocolmo.
Así que el puñetazo que asentó en mi cara era de esperar. Me llevé la mano al labio tras el impacto, esperando encontrar restos de sangre, pero sin éxito.
- Tienes un minuto para explicar esto- dijo Mark- o te juro que ese puñetazo no será el último.
Me reí. Después de todo era más importante comprobar que líos tenía su hermana que ir con ella y preguntarle que tal estaba o si necesitaba ayuda.
Que gran hermano estabas hecho Mark Lee.
- En primer lugar.- dije- Eli es mayorcita, y deberías saber que no soy ese tipo de persona. Ella y yo estamos juntos, y pienso hacer lo que sea necesario para asegurar su seguridad.
- ¿Y qué pasa con Sicheng? ¿De verdad esperas que me crea que si ambos están en peligro la vas a proteger a ella?
- Ya he hecho una elección habiéndote dejado venir aquí. No dudaré en poner mi vida en las manos de Sicheng si eso libera a Eli de su garra.- Mark me miró y después miró a su hermana.
- Tú... ¿estás segura de esto? Eli, Jaehyun es peligroso y no se si sería lo ideal para...- Eli se levantó corriendo de la cama y se paró delante de Mark.
- Mark- dijo ella- yo también estoy dispuesta a morir por él.
Lo dijo sonriente, como de costumbre. Yo sabía que anteriormente se había intentado quitar la vida, y que era más difícil pedirle que viviera por mi que pedirle lo contrario.
Pero aparentemente a Mark esa frase le pareció suficiente.
- ¿Me ayudarás a buscar a Yun?- dijo él.
- Sicheng ya sabe que estás conspirando junto a ella, así que lo más seguro es que vaya a por ti. Ahora mismo no le sirves vivo, así que te querrá muerto y en bandeja de plata. Te puedo ayudar, y se que algunos miembros del equipo se unirán contigo.- Mark asintió.
- ¿Y si hablamos eso después de desayunar?- dijo Eli- El café que hace Jaehyun es mucho mejor que el que tomábamos en Japón.
Ambos hermanos rieron, inocentes y sin preocupaciones.
Preocupaciones que no tardarían en llamar a la puerta.
Oí unos pasos subir corriendo las escaleras, y repentinamente entró uno de mis hombres, cansado y asfixiado.
- Se..señor Jung.- dijo él- Está aquí. El hombre de Dong...
No pudo terminar la frase. Su cuerpo sin vida cayó al suelo antes.
Detrás de él se erguía un hombre vestido de negro, pero sin cubrirse la cara. Inmediatamente supe quien era.
- Kun. No sabía que ahora te dedicabas a esto.- dije.
- Siempre me he encargado de limpiar los trapos sucios del señor Dong.- dijo él.- Lamentablemente Mark ahora es uno de ellos.
Todo lo que pasó a continuación fue muy rápido.
Kun sacó un arma del bolsillo, y mi primera reacción fue empujar a Eli detrás de la cama. Mark se las ingenió para levantar una mesa y usarla como escudo para llegar hasta nosotros.