JAEHYUN
- Iré a ver a Sicheng, no te muevas de la cama, el médico dijo que aún necesitabas descansar. ¿Vale?.- Eli asintió de forma tierna y le di un beso en la frente.
- Ve con cuidado.- se despidió tímidamente de mí con la mano, y me fui.
Sentía que podía irme tranquilo, había apartado todos los objetos que Eli podría usar para intentar suicidarse, aunque esperaba y confiaba en que no hiciera falta.
También tiré todo el alcohol, por si acaso le apetecía, que no hubiera donde poder cogerlo.No reforcé la seguridad porque sabía que se sentiría presionada, y supongo que ya tenía bastante con estar encerrada. No quería que se sintiera agobiada, al menos no más de lo normal.
Quería que se sintiera algo cómoda. Así que mandé colocar algunas flores por toda la casa. Estaba seguro de que eso le alegraría.
Cogí el coche y conduje hasta la compañía. Era extraño que Sicheng me mandara ir directamente hasta él. Debía ser algo importante.
Aunque era imposible que supiera lo de Yangyang, así que por lo menos tenía una preocupación menos.
Y lo de Eli, no creo que lo supiera. El médico que la revisó era de mi plena confianza, y nadie aparte de nosotros había escuchado nuestra conversación.Cuando llegó a la sede, fue directamente hacia el despacho de Sicheng, sin pasarse a saludar a Kun como habría hecho en otras ocasiones.
Yun le saludó al pasar, y Jaehyun entró al despacho de Sicheng.Lucía como una estatua griega, y desprendía cierto aire aristocrático, por así decirlo. Daba igual la situación, Sicheng siempre se veía bien de cara al público.
Incluso matando a alguien se veía bien.
- Gracias por venir. Tenía que decirte algo pero, por teléfono no tenía claro si aceptarías.- dijo Sicheng.
- ¿Qué necesitas?
- Me ha llamado Johnny. Ya tienen lo que les encargué hace seis meses. Les ha costado, pero por fin lo tienen.
Sabía que Sicheng les había encargado algo a los hombres de Johnny.
- Hace algunas semanas me llegó una muestra por paquete, Yun la pasó a mi despacho, y confío en que la viste al llegar a tu casa.- dije. Sicheng se veía satisfecho.
- Exactamente. Les pedí que hicieran algunos retoques, así que supongo que por eso tardaron más.
- ¿Cuál es el punto de todo esto?.- pregunté. Sabía que Sicheng no se andaría con tonterías a estas alturas. Quería algo.
- Quiero que vayas a Chicago a por ella. No te preocupes por nada, Johnny me ha asegurado que no tendrás ningún problema en traerlo hasta China.
- ¿Porqué debería ir yo? Apenas Johnny confía en mí, se fiaría más si fueras tú.
- Ya se lo he explicado, y no puso problemas.- me miró como si todo fuera un juego. Que mente más retorcida.- Además, hay algunos asuntos que necesito resolver.
- ¿Cuánto tiempo sería?
- Una semana, más o menos. Aunque no creo que te tome tanto tiempo. Se que lo harás bien.
- Si hago esto, me debes una.- Sicheng me miró serio. Ambos sabíamos que significaba eso.
Cuando conocí a Sicheng y me uní a él, me prometió hacer realidad mis deseos. En aquel momento pensé que era absurdo, ya que mi familia tenía el dinero suficiente como para que yo mismo pudiera cumplir eso. Así que le dije "entonces me debes una".
Era un favor al que Sicheng no podía negarse. Una deuda casi de sangre.