SICHENG
- Que te jodan Sicheng.- Mark paseaba de un lado a otro mientras se tocaba la cara nervioso. Se reía nerviosamente.
- Creía que Jaehyun te lo dijo. Anteriormente no hubo problemas, ¿tienes algún inconveniente?
- Esta vez no vamos a matar a un sin nombre que ha intentado timarnos o que estorbaba, estamos hablando de Daiki joder.
- Daiki nos molesta, si el no muere, adiós plan Mark.- dio un golpe a la mesa y se acercó a mi.
- Como se enteren que ha sido culpa nuestra nos cortan la cabeza.- me reí. Jaehyun no le había contado nada en absoluto.
- Esta todo planeado. Nao lo ha calculado todo meticulosamente, ya sabes como es ella cuando le pido algo.
- ¿Y ella? ¿Que pasará con ella? No puedes desecharla así. Así no van las cosas.- me acerque a Mark y le susurré.
- Es exactamente así como van las cosas, Mark. No me importa tener que matar al mundo entero si eso significa nuestro éxito. Ella no es, no fue ni será nadie. Olvídala.- Mark frunció los labios y se conformó con eso.- ¿Lo harás?
- Lo haré, pero cuando salga mal, no pienso hacerme responsable.
- Te dije que nada saldría mal, Mark.- él se rio, mientras aguantaba el llanto, fallando cuando cayó una pequeña lágrima.
- No habló del plan, Sicheng. Cuando veas más allá, y sepas lo que estás haciendo, espero que asumas las consecuencias.- salió de la habitación sin despedirse siquiera.
Mark, al contrario que Kun o Jaehyun, se dejaba guiar por lo que sentía. Era débil ante sus sentimientos.
Por esa razón, Mark Lee era, tal vez, la criatura más peligrosa que contenía la empresa.******
- Nao, estoy trabajando, te dije que mientras trabajara evitaras las llamadas.
- Jolines Sicheng, siempre estás trabajando, y cuando voy contigo no hablamos nunca.- me la imaginé frunciendo el ceño y me molestó.
- ¿Que tiene eso de malo? Eso significa que nos sobran palabras para entendernos.
- O que te quieres librar de esta llamada con alguna tontería filosófica. Necesito hablar contigo.- realmente de todo lo que Nao me podría decir, aquello fue lo más cruel que podría. Lo vi todo negro, cayendo. Todo el plan abajo. Cenizas y polvo.
- Seguiremos con el plan.- hable seriamente, cosa que no solía hacer con ella.
- Pero, Sicheng...
- Nao, ya sabes que te adoro.- mentira, mentiras y más mentiras.- y es por eso que te elegí a ti. Sabías lo que eso significaba, si te echas atrás, sabes lo que me pasará, ¿verdad?
- Lo se.- tragó saliva y oí un pequeño sollozo.- Por ti... lo haré. Lo siento.
- Tranquila, debes estar tranquila. Gracias a ti, todo irá sobre ruedas.
- Te quiero Sicheng.
- Gracias.- colgué la llamada y me lancé sobre la silla.
O todo iría a las mil maravillas, o todo se iría al infierno.