JAEHYUN
Ni siquiera podía llevarle a un hospital decente ni en situaciones de emergencia.
¿Y si tenía leucemia o anemia y debían hacerle un transplante o trasladarle a quirófano?
Si ese fuera el caso, Sicheng dejaría morir a Eli sin dudarlo.Había llamado al médico de confianza de la familia Jung. No podía recurrir a Sicheng, así que evite que él supiera de eso, por el momento.
Si fuera algo grave, Sicheng elegiría matarla antes de que fuera una molestia para alguno de nosotros.
De solo pensar en lo pequeña y pálida que lucía se me encogía el corazón.
No había podido tranquilizarme desde entonces.¿Y si le pasaba algo? ¿Y si moría en mis brazos?
¿Porqué tenía la sensación de que pronto iba a perderla?
Se me encogió el pecho de pensar en aquello. Apenas podía respirar. Mi cuerpo se paralizó por el pánico. ¿Perderla? ¿Realmente iba a perderla?
Estuve esperando alrededor de media hora a que el médico saliera.
Cuando salió, cerró la puerta de la habitación de Eli tras él.
- ¿Y bien?.- el médico me miró fijamente, sin saber bien que decir.
- No tiene que preocuparse, al menos por ahora. Bueno, si es de esa clase de hombre, entonces si que debería preocuparse.
- ¿Qué quiere decir con eso? ¿Está ella bien?.- me miró fríamente.
- ¿Me va a decir que no sabe de qué hablo?.- el médico suspiró, como si estuviera agotado de hablar conmigo.- ¿Me va a decir que no había notado usted nunca los moretones de su cuerpo, y las cicatrices de sus brazos? Creía que eran pareja, ¿pero no sabe usted que Elisabeth intentó suicidarse? Al parecer si que es de esa clase de hombre.
Me quedé de piedra. ¿Moretones? ¿Intentos de suicidio?
Era cierto que cuando nos trajimos a Eli, fue necesario el uso de violencia para evitar que escapara.
Pero ella lo entendió rápido, nunca fue necesario darle palizas después de eso.¿Se intentó suicidar? ¿Cómo es que yo no sabía nada al respecto?
¿Porqué tenía moretones?
¿Qué era lo que Eli no me estaba contando?
- Ella está embarazada también. Como estaba inconsciente, no se lo dije.- el médico tomó sus gafas para limpiarlas con un pequeño trapo.
- ¿Qué?.- ni siquiera pensé lo que dije después.- No se lo diga a nadie, ni a Eli. ¿Bien?
Él asintió, tomó sus cosas y se fue.
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Eli iba a tener un hijo mío?
Sicheng la matará si se entera.
Mi corazón se sentía pesado, y mi respiración también se sentía de la misma manera.
Era cada vez más difícil respirar, y mi vista se iba nublando.Acabé de rodillas en el suelo, cayendo. Todavía estaba consciente.
- ¡Jae! ¿Estás bien? ¡Jae!.- Eli se lanzó al suelo conmigo, tomando mi cabeza con sus delicados brazos. Tan pronto como pude, la envolví con mis brazos fuertemente.
- No te va a pasar nada, nadie te hará daño, ¿vale? Eres importante para mi.- derramé algunas lagrimas. Realmente sentía que iba a perderla.
- ¿Qué te pasa?.- Eli me acariciaba el pelo lentamente, tratando de calmarme.
- No puedo decírtelo, porque entonces correrías peligro. Pero te voy a proteger. Así que no me abandones.
- No lo haré. Al menos por ahora, ¿vale?.- me sonrió alegremente.
¿Cómo podía poner una sonrisa tan cálida cuándo había pensado en acabar con su vida?
¿Acaso no veía que ella era demasiado especial para morir? ¿Qué haría si volvía a casa y ella no viniera corriendo a abrazarme?
- ¿Cuándo piensas contarme la verdad?.- dije, hundiendo mi cara en su cuello. Se sentía cálido.
- ¿A qué te refieres?
- Se lo de las marcas en tu cuerpo, Eli. ¿Porqué no me habías dicho nada?
- Si te lo digo, entonces estarías en peligro.
- No seas tonta, puedo protegernos. Puedes confiar en mí.
- El problema es que puedo confiar en ti, Jae.- Eli habló en un tono melancólico. ¿Ella estaba triste y aún así podía sonreírme como si nada?
- No intentes morir de nuevo. No te lo permitiré.
- Mark tampoco lo haría. Pero ya que le he dedicado mi vida a los demás, me gustaría regalarme mi muerte. Aunque supongo que todavía me queda mucho que vivir.
Si le dijera que íbamos a tener un hijo, ¿eso le haría feliz? ¿Le devolvería las ganas de vivir? ¿Nos uniría más?
Pero no podía decírselo, al menos por el momento. En esta casa, las paredes eran directamente los oídos de Sicheng. Si alguno de los empleados se enteraba, estábamos perdidos.
Aunque no decírselo o decírselo era igual. ¿Porqué ponía excusas? Ella merecía saberlo.
Pero aún así sabía que por ahora, no se lo diría.
- Deberías descansar. Ya me lo contarás todo después, ¿vale?.- le di un beso en la frente, y la dejé en la habitación.
Cuando se durmió, fui a susurrarle.
- Se que si lo sabes querrás dejarme, pero no estoy preparado para dejarte ir aún. Porque parece que me gustas. Descansa.
Cerré la puerta de su dormitorio, dejándome caer tras ella.
Me estaba hundiendo. ¿Qué demonios significaba Eli para mí?
Solo era una chica, ella era mi misión. Le juré lealtad a Sicheng, él es la persona más importante en mi vida, pero si era así, ¿porqué temía que Sicheng matara a Eli?
¿Porqué temía que él pudiera arrebatármela? ¿Porqué sentía que si ella me lo pidiera, le vendería mi alma al diablo para protegerla?
Pero lo cierto era que ya le vendí mi alma al diablo. Yo le pertenecía a Dong Sicheng. No podía codiciar a Eli.
Mataría por Sicheng, había matado para él, pero, ¿por quién moriría?
Decía que protegería a Jaemin, pero acabó muriendo en mis brazos. Decía que amaba a Eli, cuando sabía que por dentro, solo había obediencia hacia Sicheng.
En mi mundo, donde no existen las palabras, me atrevo a hablar de amor.
Ninguno de ellos, ni Sicheng ni Eli, morirían por mí. Ni siquiera vivirían por mi. Entonces, el único estúpido que se estaba atando una soga al cuello, era yo.
Quería protegerles a ambos, sin importar las consecuencias. El único suicida aquí era yo, dispuesto a ser el antibalas de alguien que no haría lo mismo por mí.
Pero, ¿y qué tenía de malo? Protegería a Eli de Sicheng, y a Sicheng de Eli.
Porque, si alguno de ellos llegara a morir, definitivamente vengaría su muerte.