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YUN

Hoy era mi último día respecto a la semana de prueba.

Si tuviera que auto evaluarme seguramente me contrataría. Claro que nunca sabes por donde te saldría un gran magnate.

Kun no cambió absolutamente nada en los seis días que estuve. Se limitó a decirme donde debía ir y que debía hacer. Al segundo día se cansó de vigilarme (al menos en persona), por lo que supuse que dejo de anotar lo que estuviera escribiendo en aquella libreta.
Seguramente querían comprobar cómo trabajaba bajo ordenes imprecisas y a libre interpretación. El quinto día Kun me dijo "ve al piso doce y ordena los archivos". Realmente me pase todo el día ordenando todo el piso, ya que no me dijo en que habitación se alojaba mi tarea.

Un requisito imprescindible fue "no repetiré ni explicaré lo que debes hacer más de una vez".
Sinceramente lo veía viable, una vez me contrataran, pero si estaba en un periodo de prueba deberían habérmelo explicado debidamente.

La metáfora de aquello me resultó graciosa, ya que en mi cabeza todo se oía como "sin control y orden no se avanza". Y era justamente todo lo que aborrecía de la sociedad en la que vivía. El control.

Para Dong Sicheng era todo un juego. Él quería que quisiera pensar como él, y en un solo día lo consiguió. Realmente era inteligente.

Cuando entre allí, creí que para él yo era un tablero de juego con el que podría divertirse. Pero cuando más tiempo pasaba, tenía más claro que solo me había hecho una pieza de un tablero mucho más grande.

Tal vez se hizo más fácil saber eso. Pero, ¿y si realmente me equivocaba?

- Bienvenida de nuevo señorita Zhao.- a partir del tercer día, Kun solía esperarme en la entrada del edificio para mostrarme la tarea que debía hacer, y asi ahorrarnos tiempo en la subida o bajada de pisos innecesarios.

- Buenos días- hice una reverencia y asintió levemente.

- El señor Dong le está esperando en su despacho.- se retiró y me acerqué a uno de los gorilas que vigilaba el acceso al pasillo principal.

-Disculpe, ¿podría decirme en que piso se encuentra el despacho del señor Dong?- bajo la mirada y contestó con un semblante serio y con cara de "voy a usar tus huesos como palillos" que estaba en el piso más alto.

Recordaba haber ido allí el día de la entrevista, pero fui completamente incapaz de recordar en que piso estaba.

- Veo que pudo encontrar la habitación. Tome asiento- al principio me sorprendió que Sicheng estuviera esperándome en la puerta del despacho en vez de sentado en su silla, como pensé que sería costumbre.
Él indicó que me sentará en el sofá, así que eso hice mientras él se sentaba en el sillón que se situaba enfrente.- Como le habrá dicho Kun, hoy debo tomar la decisión.- dijo enfatizando "la".

- Eso me dijo él.- intente ser lo más formal posible y evitar hacer preguntas de como sabía que me había costado encontrar la habitación.

- ¿Como describiría su experiencia aquí?

¿Se podía describir? Básicamente estuve haciendo trabajos estupidos desde el primer al último día.

- No creo que vaya a influir mis pensamientos sobre esto. Si no me gustara, me iría. Y si me gustara seguramente sería un problema a la hora de un posible despido. Tanto si me gusta como si no son problemas.- Sicheng sonrio. Y realmente sentí como si fuera un cuervo augurando la muerte.

- Nunca preguntó sobre porqué le hacíamos hacer alguna tarea. Ahí valoramos la confidencialidad. Nunca se quejó, lealtad, y me atrevería a decir inteligencia. Demasiado perfeccionado todo. Ya sabes como va esto. Y no es una pregunta. La pregunta es, ¿porque?

- ¿Es algo que habéis guardado en secreto? Cualquiera que sepa como funciona China, sabe como funciona la compañía Dong. No buscáis buenos trabajadores, buscáis peones. Pero sin embargo, no es mi decisión dejar el tablero ahora, ¿verdad?

Realmente llegó un momento en el que no sabía hasta qué punto había llegado a la compañía por casualidad o por el plan divino de Dong Sicheng.
Tal vez él hubiera planeado que llegara a mi el periódico que anunciaba esa oferta de empleo.
Tal vez él únicamente mandó ese periódico a mi casa.
En aquel momento no supe diferenciar la realidad de lo planeado, lo casual del destino, yo la libertad por obligación.

Dong Sicheng me privó de mi sentido de la realidad.

- No esperaba oír eso. En verdad creía que buscaría excusas para evitar responder la pregunta. Zhao Yun, me ha sorprendido. Pocas personas lo hacen, la verdad.- tomó una pose más seria y habló con un tono más formal- Realmente no hemos valorado sus aptitudes para el puesto, hemos valorado sus aptitudes como confidente. En esta empresa la confidencialidad es lo más importante. Nada sale de aquí sin mi aprobación. Si usted entiende ese concepto, formará parte de ella.

Realmente no sabía en qué momento dije que entendía ese concepto. ¿Lo entendía? Si ¿Me gustaba? En absoluto.

Es verdad que el puesto de secretaria lo había estado cubriendo un chico que no era del todo apto para ello, pero eso no significaba que la confidencialidad fuera mejor que la eficacia.

Firme el contrato con la compañía Dong, no sin antes leerlo un par de veces.
Básicamente en él estipulaba que tenía más vacaciones y sueldo que cualquier secretaria en cualquier empresa del mundo.
No podría quejarme ni aunque quisiera, aunque me pareciera inmoral pagarme por mi silencio.

Fui a recepción para actualizar mi identificación. Ahora tendría una de empleada.
Apenas tardaron en hacérmela, y me dijeron que podía irme a casa, ya que mi contrato comenzaba mañana.

Decidí ir al sturbucks que había al lado de la sede.
La verdad me resultó irónico que hubiera un local tan "moderno" al lado de un lugar tan serio y apagado. Fue un bonito contraste la verdad.

Estuve haciendo fila dos minutos. Ahora que lo pienso decir que fueron dos minutos no parecía mucho, pero vivir dos minutos de pie, sin nada que hacer, se hicieron bastante largos la verdad.

Únicamente había dos dependientes: una chica con el pelo largo y cara de "te voy a escupir en el café", y un chico con mirada alegre.

Por suerte para mi café, me atendió el chico.

- ¿Me podía poner un café frío? El tipo de café me da igual, así que puede darme el que sea más fácil de hacer.

Cuando me pregunto mi nombre, el lo escribió con una bonita letra. Supuse que una de las características principales para trabajar en un sturbucks era tener una letra bonita.

Le pague el café y deje algo de propina.

Cogí un bus hacia mi casa.

Fue una bonita sorpresa ver que el chico de la cafetería había grabado su número en mi taza de café.

Y lo fue más aún cuando tiré aquella taza con el número de un tal "Yangyang" a la basura.

Odiaba que la gente no dijera lo que quería en su momento.

BOSS [WinWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora