YUN
Estaba en la sala de espera, mientras un televisor estaba encendido.
En aquella habitación no seríamos más de diez personas, pero sin embargo todos omitíamos la existencia de todos los demás.-Noticia de última hora. Una familia entera ha sido brutalmente devastada tras un incendio que azotó su casa. Por el momento, las autoridades descartan el móvil de asesinato, por lo que se asume que fue un accidente producido por...
-Pobres...-susurre. Odiaba hablar en habitaciones llenas de silencio. Era incómodo e innecesario. Si alguien hubiera querido hablar o escuchar, ya lo habrían hecho. Así que si, odiaba eso.
Llevaba dos horas esperando a que alguien diera señales de vida. Un empleado me dijo que el que se encargaba de los contratos no se encontraba en la sede ahora mismo.
Pero en vez de decirme que me fuera a casa, decidieron que era mejor hacerme esperar hasta que me salieran canas.Ni siquiera quería el puesto de secretaria. Pero no podía negar que era una buena oportunidad para aprender sobre negocios, ¿no?
No era como si odiara a la empresa Dong, pero realmente odiaba a la empresa Dong.
Contaban con el apoyo de prácticamente toda la alta esfera china (y parte de Asia), pero sin embargo se negaban a hacer nada por ella.
Dios sabe en qué malgastarían la fortuna que amontonaban, pero si de algo estaba segura era que por una buena causa.De vez en cuando organizaban alguna obra "benéfica", pero nunca decían para que recaudaban el dinero que conseguían en ellas.
La empresa Dong, reconocida como líder de China y caracterizada como la generación narcisista.
-¿Señorita Zhao Yun?- el chico que me había hecho esperar dos horas salió de una especie de despacho. Me levante al oír mi nombre y el chico me dirigió una sonrisa cálida. - Puede acompañarme, el jefe la está esperando.
Seguí al chico hacia el final del pasillo, que debía ser donde se encontraba el despacho del jefe. ¿No había un lugar más lejos para montar el despacho principal? Dios mío, parecía que lleváramos diez horas caminando.
-Es aquí, puede entrar cuando quiera. Suerte- el chico me hizo una reverencia y se marchó.
Llame a la puerta un par de veces y oí un claro "adelante".
Pase al despacho y no pudo desagradarme más la vista.
Era una habitación grande, con paredes de cristal con vistas a una calle bastante transitada de Pekín.
El escritorio era de madera y cristal, y ocupaba un quinto del espacio. El resto del despacho estaba equipado con alguna que otra estantería y un sofá.
La verdad es que era una estancia bonita y daba la impresión de estar bastante pulcra, claro que lo que se cocía allí estaba más bien podrido.-Puede tomar asiento- Dong SiCheng, actual dueño de la empresa Dong, hijo de Xia y Beom Dong. Quedo al cargo del negocio familiar tras la muerte de su padre hace tres años, convirtiéndose la compañía Dong en la más influyente y rica de toda China.
Pero aún era un niño.
Era un chico alto y delgado, sin mucho músculo pero parecía alguien fuerte. Su cara era con rasgos finos y delicados, como si fuera un muñeco de porcelana. Llevaba el pelo de un color marrón rojizo, peinado parte hacia atrás y parte hacia delante.
Y, como era de esperar, llevaba un costoso traje negro.- Viene a por el puesto de secretaria, ¿me equivoco?
- Exacto, vengo a por ese puesto.
- He leído su currículo, y si no le equivoco no tiene experiencia laboral como secretaria o algún puesto similar. ¿Qué cree que la cualifica para empezar como secretaria en la compañia Dong?
-Es cierto que no tengo experiencia, pero estoy perfectamente cualificada para el puesto. Domino más de cinco idiomas, tengo un nivel alto en cuanto a mecanografía y lectura, lo cual facilita el tomar apuntes rápidos o recados que dejen en el teléfono.
-Zhao Yun, ¿verdad?
-Ese es mi nombre, si.
- Vale. En las películas- Sicheng se levantó de su silla y se sentó sobre el escritorio- este es el momento en el que digo "el trabajo es suyo"
- Pues, por suerte para usted, no me gustan las películas y no me gustan los trabajos regalados. Así que si cree que no estoy cualificada, puede echarme. Le aseguro que no volveré a llamar a su puerta, señor Dong.
-Era justo lo que esperaba que dijera.- se volvió a sentar en su silla y me miró fijamente.- Kun se encargará de enseñarle todo esto, su horario y descansos. La semana que viene empezará su instrucción y dentro de dos su trabajo. Puede irse.
-Gracias por la oportunidad.- hice una reverencia y abandone el despacho.
Sinceramente, con mi poca experiencia jamás creí que me contratarían. Claro que de forma discreta me había dicho que tenía un periodo de prueba de una semana.
Tenía una semana para adaptarme a la empresa y conseguir formar parte de esa pequeña sociedad egocéntrica.