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SICHENG

Realmente no fue una decisión espontánea la de contratar a Yun. A pesar de que la empresa Dong podría ser considerada como un "régimen absolutista", que lo era, los jefes de departamento también tenían sufragio en las decisiones de contratar personal.
Pero, ya sabemos como es esto.
Todo para el pueblo pero sin el pueblo.

Nunca les importo que en según qué decisiones no tuvieran la relevancia que sería necesaria. Realmente a nadie le importaba quien fuera la secretaria, o quien les llevara cafés o quien les limpiara el culo con papel de lija.

-Llevaba tiempo sin verte, siéntate.- Mark obedeció y se sentó conmigo.

- Te daria detalles de mi viaje a Japón, pero creo que lo sabes todo, ¿no?- sonrio amargamente. A pesar de que Mark era un miembro importante en el sistema, no solía estar de acuerdo con varios temas con los que estábamos demasiado acostumbrados. Odiaba la vigilancia, tanto dentro como fuera del equipo. Y odiaba que "mis novias" tuvieran aquellos finales. A pesar de que muchas veces el mismo se encargó del asunto.

- Ya sabes como va esto, no podemos permitirnos clavos sueltos, o que alguien te pille o secuestre...Aunque no lo veas es por seguridad.

-Si, lo se. ¿Que tal por aquí?- Mark no solía preguntar por entablar conversación, quería saber algo.

-Se llama Zhao Yun. La contratamos hace poco. ¿La conoces?

-No. Por eso pregunto. Supongo que será sólo la secretaria, ¿no?- rei secamente.

-Por ahora si. Ya sabes como empezco Elaine.

Los martes eran "el día". Jaehyun montaba los encuentros con los clientes y solíamos ir unos veinte hombres. Claro que lo de ir armados no era algo que preparar, las posiciones estratégicas en los lugares donde nos veíamos eran realmente importantes.

Más de una vez intentaron robar la mercancía. Así que para evitar cosas así..muerto el perro se acabo la rabia.

- Sicheng, ya están aquí- Mark era el que controlaba cada movimiento. Jaehyun, cinco hombres y yo nos encontrábamos frente al camión del cargamento.
Esta vez eran armas especializadas para guerras. Si mal no recordaba, fue un famoso fiscal el que nos "pidió el favor"

Como dijo Mark, un coche (lujoso) entró al lugar. Del vehículo sólo salió el fiscal, pero en el coche había por lo menos dos hombres.

- Dong- estrecho mi mano.- No me andaré con rodeos. Veinte de los gordos están en el maletero. Pero primero quiero ver la mercancía.

- ¿Cuando hemos estafando a un cliente, Jaehyun?- Me rei. Jamás dejábamos ver la mercancía antes. Y el lo sabia.

-Nunca, señor.- he de decir que hubo dos ocasiones. Pero realmente no podías darle armas o cocaina a un cadaver.

-Fiscal, le recomendamos que pague primero. No es la primera vez que nos encontramos. Sabe como va esto.- el fiscal miro hacia el coche y gruño. Se acercó al vehículo y salieron los dos hombres a por las bolsas, que más tarde depositaron enfrente nuestro.- Pueden subir al camión y cogerlo. Un placer hacer negocios con usted.

Mis hombres tomaron las bolsas y las llevaron a uno de los coches que habíamos traído.

- Dong Sicheng, espero hacer negocios con usted más adelante- el hombre me tendió la mano con una sonrisa y yo le di la mía.

Me despedí con una reverencia y le dije a Mark que sus hombres ya podían retirarse.

-Hoy esperaba más acción, la verdad.- Jaehyun solía venir siempre conmigo a cualquier "reunión extra curricular" por decirlo de alguna manera. No solía haber muchos problemas nunca, ya que el apellido Dong era respetado por básicamente todos. Pero en el extraño caso de que alguien quisiera irse sin pagar, la cosa siempre se ponía interesante. Bueno, no para Jaehyun, ya que normalmente era Mark quien se encargaba de esos asuntos.- Esperaba poder desplegar mis dotes de defensa.

- Nunca digas nunca, aunque sabes que Lee se encarga de esas cosas. Me gusta un orden en las cosas, si te dejáramos únicamente a ti como defensa, Dios sabe lo que pasaría.

En verdad Jaehyun era un gran asesino. Muchas veces Mark se cuestionaba lo que hacíamos, los métodos y absolutamente todo. A Jaehyun no le temblaba la mano. Si debía matar, lo iba a hacer.
No podría decirse que la confianza ciega de Jaehyun era mejor que la de Mark. Pero en los asuntos más personales, prefería contar con la sangre fría del mayor.
Y Jaehyun lo sabía.

-Bueno, cuando otro de tus ligues se salga de control, espero que no me llames a las dos de la mañana.- se rió.

Y si, era algo normal reírse de las muertes de las personas que nosotros mismos asesinábamos.
El mundo podría podrirse a nuestro alrededor, y nos reiríamos viendo el mundo arder.

Porque, el narcisismo de los poderosos no es más que la putrefacción de los demás.
Pero el narcisismo del Boss no era más que un enorme agujero negro.

BOSS [WinWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora