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YUN

¿Alguna vez os habéis parado a pensar sobre la vida y lo que implica?

Tarde o temprano, acabaremos muriendo todos. Un día más, un día menos. No es relevante cuanto tiempo vivas, porque acabarás perteneciendo a la nada absoluta. Elegimos mantenernos seguros y gozar de buena salud porque algo nos ata a vivir.
Nuestros seres queridos, objetivos, metas, sueños...

¿Nao no tendría nada de eso? ¿Por eso le resultó tan sencillo desentenderse de vivir?

Era una pregunta que me rondaba constantemente. Nao tenía metas y sueños, y personas que le querían.

Para ella era suficiente.

Se sentía como si hubiera sido obligada a morir.

Llamé a Sicheng y le pedí que me dejara volver antes. No me preguntó porque, y realmente le agradecí que no lo hiciera.

Si me hubiera quedado más tiempo en mi casa, buscando otros lugares para vivir y viendo todas las cosas que me recordaban a Nao, me hubiera vuelto loca.

Mientras estaba trabajando me choqué con Mark, el chico que me había salvado anteriormente, rellené todos los papeles necesarios para que Sicheng pudiera firmar unos acuerdos de expansión por Rusia, y respondí más llamadas que cualquier otro día.

Estuve evitando todas y cada una de las llamadas que saltaban desde mi teléfono personal. El emisor siempre era el mismo, pero no era momento para entablar una conversación.

No mientras seguía en las garras de la compañía Dong.

Mi día laboral terminó, y cogí el tren tan rápido como pude, a pesar de que casi lo pierdo.

Nada más llegar a casa, lo primero que hice fue apagar todas las luces. Encendí la cámara del móvil y empecé a pasarla por cada rincón del oscuro lugar.
Si quería contestar esa llamada, necesitaba asegurarme de que nadie hubiera puesto cámaras o grabadoras en el lugar.

Tras seis inspecciones exhaustivas, concluí que el lugar estaba limpio.
Perfecto.

Tome el teléfono y marqué al número que me había estado llamando tan insistentemente.

- Yun, creía que no me llamarías. Casi llamo a la policía, ¿que estabas haciendo?- su tono era de preocupación, pero podía notarse cierta frustración en su voz.

- Hola papá. Estaba trabajando. ¿Necesitas algo?- sabía perfectamente que quería.

- ¿Has pensado en algo ya?

- Tengo una ligera idea de algo que podría funcionar. He encontrado al peón perfecto que hará que la reina acabe con el rey.

- Si piensas hacerlo conquistando a un hombre ten cuidado, porque será tu mejor aliado hasta que sepa que solo era una herramienta que usabas, cuando lo sepa, será tu enemigo más feroz. No hay nada más peligroso que los sentimientos de un hombre en manos de una mujer manipuladora.- No le faltaba razón, pero era eso o nada.

- Papá, sabes como soy. No saldrá mal.

- Bien. Debes tener cuidado, sabes como son dentro de la compañía Dong. No dudarán en devorarte viva si les das una oportunidad.

- No es la primera vez que lo hago. Y créeme, haré que Mark Lee intercepte una bala por mi.

- Si ves que es demasiado arriesgado, déjalo. No merece la pena sacrificarte por esto.

Después de prometerle que no me pondría en peligro, colgué.

¿Realmente podía prometer que no me pondría en peligro?
Siempre había tenido claro que completar la misión era más importante que mi propia vida.

Pero si realmente salía bien, yo no sufriría ningún daño.
Las posibilidades de éxito eran menos del cincuenta por ciento.

Si tomaba a Mark prestado, podían aumentar considerablemente. Era arriesgado, ya que según había visto, era bastante cercano a Sicheng.

Pero, ¿qué razón tendría para intentar suicidarse?

Era un chico emocionalmente inestable ahora mismo, y eran ellos los más fáciles de manipular. Lo había hecho anteriormente, y en situaciones mucho más difíciles.
Lo peor que podría pasar es que él se suicidara antes de que pudiera usarle como mi herramienta.

Definitivamente acabaría con la empresa Dong, y si el precio a pagar era mi vida, o la de Mark, lo pagaría.

BOSS [WinWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora