JAEHYUN
Ya hacía más de doce horas desde que había llevado a Mark al hospital. Y en todo ese tiempo, no había tenido ninguna noticia por parte de los médicos. Sicheng me había llamado, una sola vez. Me pidió que le avisara si había algún cambio en el estado de salud del pequeño Lee.
En esas doce horas, a parte de no comer ni dormir, me di cuenta de que tal vez Mark no fuera tan estúpido. Supongo que yo también me sentiría perdido si Sicheng muriera, tal vez habría llegado a la misma conclusión que Mark: "tal vez esté mejor muerto".
Comprendí a Mark, y a Sicheng. Mark, el idiota enamorado; Sicheng, el narcisista sin corazón.
¿Acaso había un punto de vista correcto en mitad de todo este asunto?¿Acaso alguien había hecho las cosas bien o mal?
Aunque, atentar contra su propia vida, tal vez no fuera la decisión más brillante. Él no ganaba nada con eso. No conseguiría que Sicheng dejara de ser como era, no conseguiría traer a Nao de nuevo a la vida, no conseguiría salvar a Yun.
Nada, es lo que había ganado Mark. Eso y enfadar a Sicheng. Cosa que era peor que nada.
Aunque sentí pena por Mark. No podía llamar a nadie para avisarle que Mark estaba en el hospital.
¿Realmente Mark se sentiría tan solo como yo al pensar como vivía? No tenía a nadie.
Era muy triste.Tal vez si se despierte le cuente la verdad sobre ella. Sería una pena que Mark muriera sabiendo que aún tenía una persona que formaba parte de su vida.
Claro que él no sabía eso.¿Habría cambiado algo que lo hubiera sabido?
Seguramente lo hubiera cambiado todo.
- ¿Hay algún familiar de Mark Lee?- una mujer, de no más de cuarenta años, salió de una sala con unos papeles en la mano. Me levanté y me acerqué hacia ella.
- Soy su amigo. Le traje hasta aquí. ¿Hay alguna novedad?- Ella me miró como si sintiera pena por mi. Me temí lo peor.
- El doctor Xhong quiere hablar con usted, pase dentro.
Pase con ella hacia dentro de una sala blanca. ¿Acaso iban a decirme que Mark había muerto?
Estaba preparado para todo lo que podría decirme. Y lo estuve. Estuve de pie ante cada palabra que me dijo el doctor Xhong.
Aunque en aquel momento no sabía que esas noticias nos cambiarían la vida a todos.