SICHENG
El plan se había puesto en marcha por parte del equipo que estaba al cargo del asunto.
Zhao Yun era una parte importante del plan, pero si bien ella se negaba a participar (aunque no plenamente consciente), el plan debería ser ejecutado de otra manera.
No era imprescindible. Nadie lo era.Si la utilizaba, a parte de que el índice de éxito sería mayor, me divertiría un rato.
Bien podría contratar a alguien que lo hiciera por ella, ¿pero donde estaría la gracia entonces?Quería tomar a Yun, quería tenerla en mi mano, jugar con ella, utilizarla. Hacerle sentir que era la reina, para luego destronarla y arrancarle las alas de un estacazo.
Quería ver a Zhao Yun arder en la Palma de mi mano. Ver como ella cedía toda su fuerza de voluntad por amor. Quería que sintiera lo sofocante que puede ser estar enamorada de alguien que solo la veía como una pieza de un juego. Quería que se enamorara de un monstruo, aún sabiendo las intenciones de este.
Camine por el pasillo hasta mi despacho, y me paré donde Yun se encontraba.
- ¿Has visto la agenda planeada para la semana que viene?- le pregunte. Dudaba mucho que la hubiera visto, pues la acababa de actualizar apenas hacía diez minutos.
- Efectivamente, y tengo una pregunta. La reunión en Taiwán con la empresa de Xiao Hui dura tres dias, sin embrago el billete de vuelta es cinco días después del de ida, ¿puedo saber porque?- me reí. Realmente sabia que Yun preguntaría por eso, y me agradaba no equivocarme.
- Claro. Zhao Yun, yo también quiero vacaciones a veces, y me han dicho que tiene unas playas preciosas.
- ¿Debo acompañarle en esos días también?
- ¿Acaso no quiere?
- Preferiría mantener el trabajo lejos de la vida personal, así que si esos días no me necesita, me gustaría volver a China.
- Tambien necesitas relajarte, aunque acabes de empezar aquí. Así que, si quieres irte antes cuando terminemos las actividades resérvate un viaje de vuelta.- entre al despacho y sonreí.
En mi mente, la conversación había sido exactamente igual a lo que había planeado. Zhao Yun acabaría siendo la comida de un monstruo antes de lo que pensaba.
- ¿Como que el número no es rastreable?- Mark había venido a comunicarme los avances que había logrado con respecto a la sospechosa llamada, por calificarlo de alguna forma.
- Como lo oyes, intente de todo, pero nada sirve. Esto es algo serio, ¿tienes idea de quién puede ser?
- Lee, sabes que muy pocas personas relacionarían el nombre de Dong Sicheng con "WinWin". Lo sabes. ¿Tengo que pensar que alguien que lo sabe es capaz de amenazarme? Sabes lo que eso le supondría.
- ¿Y? Si tienen motivos, te van a traicionar. El mundo se mueve por la traicion y la ambición, y es malo cuando ambas se juntan.
- Bien, ¿hay alguna manera de que averigües algo sobre la llamada?
- Tendría que conseguir meterme en todos los teléfonos de China, eso contando que fuera chino, y que meterse en su teléfono fuera sencillo. Pero, como dije antes, no se puede rastrear.
- Te he visto hacer cosas más difíciles Mark Lee.
- Sicheng, no hago milagros.
- Mark Lee, estas aquí porque haces milagros.
Mark me miro con cara condescendiente y se fue. Sabia que trataría de encontrar la manera para encontrar el propietario del número. Sabia que si a Mark Lee le proponías un reto, nada era imposible para el.