SICHENG
-Señor Dong, ha venido una chica para el puesto de secretaria...- Kun era algo así como un asistente, pero prácticamente funcionaba como secretario desde que la señora Wang dimitió para pasar más tiempo con su marido y sus hijos.
Así que, cuando vi que Kun no funcionaba (por así decirlo) como un secretario, decidí ofertar el puesto de secretario. Cosa que no solía pasar todos los días por allí.
La familia Dong se había ganado muchos enemigos a lo largo del tiempo, y era prácticamente imposible que contratáramos a alguien que no fuera conocido entre nuestro círculo social más cercano.
Por ejemplo, Kun era el sobrino de una familia que siempre fue leal a la nuestra.Pero últimamente era complicado confiar tanto en los de dentro como los de fuera.
-Hazle esperar, dile que no estoy. Ah, y si cuando pase un rato coge el móvil para cualquier cosa, échala de aquí.
-Si señor.- Kun desapareció por la puerta y me senté en el sofá.
De pequeño solía ir con mi padre a la antigua sede de la empresa, que por aquel entonces residía en Shanghai.
Realmente aprendí mucho de él, y hoy día me doy cuenta de que me estaba preparando para que tomara las riendas de todo aquello.
La compañía Dong representa la lealtad del pueblo hacia la sociedad China, y eso es exactamente lo que deben mostrar sus empleados y asociados.
Hacer esperar a alguien y que este esperara hasta que tú le dieras paso, era una pequeña muestra de "lealtad".
Lo del móvil fue simplemente para hacerlo más divertido. Además que si a la primera de cambio cuando estaba aburrida se ponía con el teléfono, ¿que me aseguraba que no hiciera eso en horario laboral?
Realmente la selección de secretaria no era más que un juego. Ver quien poseía las mejores cartas y, lo más importante, quien sabía jugarlas mejor.
Alguien que supiera manejar la mentalidad de esta empresa era igual de peligroso que alguien que no supiera.
De una forma u otra podría significar la ruina de esta.Así que buscaba a alguien demasiado específico. Alguien que pudiera comprender cómo funcionaba la empresa, pero que a su vez no le gustara.
-¡Kun!- el susodicho entró por la puerta haciendo una reverencia.- ¿Cuanto lleva esperando?
- Alrededor de dos horas y media señor.
- Hazle pasar.
Paso un rato hasta que sonó la puerta del despacho. Escupí un "adelante" y la chica pasó.
No era excesivamente alta, pero tampoco era bajita. Su pelo era corto y oscuro. Y tenía cara, como todo el mundo. No tenía absolutamente nada especial.
En cuanto entro observo la estancia con un tono de desagrado en su cara, pero demasiado leve para ser advertido a no ser que quisieras verlo.
Aún así me hizo una reverencia.-Puede tomar asiento.- Zhao Yun, 20 años. Esa era la única información que me era relevante sobre ella.- Viene a por el puesto de secretaria, ¿me equivoco?
Me miro como si dijera lo más obvio del mundo y asintió.
- Exacto, vengo a por ese puesto.- los anteriores candidatos al puesto solían lucir una gran sonrisa. Supongo que para mostrar que la "cara oculta de la empresa" lucia sonriente y feliz. Zhao Yun no había esbozado ni el más mínimo indicio de que fuera a sonreír en ningún momento.
- He leído su currículo, y si no me equivoco, no tiene experiencia laboral como secretaria o algún puesto similar...
En cuanto Zhao Yun salió del despacho, me fui a tumbar al sofá.
Por su expresión facial supuse que había comprendido lo que quería decir con "la semana que viene trabajará, y esta se adaptará"
Evidentemente no iba a ser tan fácil. Ella no tenía experiencia, y por mucho que tuviera a su favor, la empresa Dong no era una clase de párvulos para instruir a una secretaria sin ningún tipo de conocimiento sobre el trabajo que conllevaba serlo.
La gente normalmente entiende que ser secretario es coger llamadas y anotar recados. Pero, para su desgracia, es mucho más que eso.
Era una profesión igual de difícil que el que lleva un negocio.
Así que espero que la señorita Zhao tuviera claro que si en la semana que tenía como prueba no daba la talla, la echaríamos sin ningún tiempo de contemplaciones.
-Ah, creo que tienes claro lo que no debes enseñarle a la señorita, ¿verdad Kun?- apenas había entrado al despacho le dije aquello.
-Claro, mantendremos a la señorita Zhao lejos de cualquier documento comprometedor.
-Bien. Que empiece el juego.