MARK
Apenas habíamos estado tres días más en aquel hospital. En cuanto me dieron el alta, volvimos a la sede del grupo Dong.
Los médicos me habían advertido que debía cuidar las cicatrices, y por ello debía llevarlas vendadas unos cuantos días.
Era gracioso en cierto punto, porque parecía el típico chico de anime psicopata y asesino.Así como Dong Sicheng.
Aún no había visto a Sicheng. Tampoco vi a Yun, al parecer Sicheng le había dado unos días libres por la muerte de Nao.
Que hipócrita.Todos me trataron como siempre, aunque Jaehyun se tomaba más libertad conmigo.
Me hablaba de mi hermana como si ambos estuvieran hechos el uno para el otro.Era realmente repugnante. Esperaba que Jaehyun no pensara que podría tener a Eli. De solo imaginarlo me daban ganas de vomitar.
Cuando todo eso acabara, ni Eli ni yo volveríamos a estar relacionados con nadie dentro de esa compañía.
Solo debía sacrificar a Zhao Yun para asegurar la protección de mi hermana.
No era Justo, Yun no era culpable de nada y seguramente acabaría como Nao.
Pero si debía elegir entre mi hermana y una pobre chica inocente, no dudaría en elegir a Eli.
¿Eso me convertía en alguien tan vil como Sicheng? Seguramente habría una manera de salvarles a ambas, pero me arriesgaba a que lo descubrieran y ambas acabaran muertas.
Nada de esto era un juego. Había dos vidas en las manos de Dong Sicheng.
Era difícil sacarles de la boca del lobo, así que, por ahora, iría por el camino seguro y salvaría la vida de mi hermana.Bajé del ascensor y fui directo al despacho de Sicheng. Me había llamado esta mañana para decirme que necesitaba verme.
Tenía claro para que quería hablar conmigo.De camino al lugar, me choqué con alguien. La otra persona se cayó.
- Perdone, ha sido mi culpa.- Yun se levantó rápidamente y se inclinó ante mi, en señal de disculpa.
- ¿No se supone que ibas a volver en dos días?- ella levantó la mirada y me observó.- ¿Porqué me miras así, esperabas chocarte con otra persona?
- No, discúlpeme. Se me había olvidado que trabajaba aquí.
- Deberías acostumbrarte a mi, Zhao Yun. Estaré por aquí más a menudo. Soy Mark. Si necesitas algo, puedes llamarme.
- Lo mismo podría decirle.
- ¿Te llamas Mark también?
- No...esto...ya sabe a lo que me refiero. Si me disculpa.- salió corriendo, iba tan rápido que ni siquiera vi hacia donde iba.
Cuando iba a tocar la puerta, esta se abrió. Sicheng estaba al otro lado, abriéndomela amablemente.
Entré sin mirarle ni decirle nada, y me senté directamente en el sofá.- ¿Qué quieres? Sigo trabajando en la llamada, como podrás entender no es tan sencillo como parece.- Sicheng tomó asiento Justo en frente mía.
- Antes no eras tan directo, Lee. ¿La noticia de Eli te ha trastornado la personalidad?- juraría que mientras decía eso, sus ojos se llenaban de un instinto asesino, preparado para matarme sin usar ningún arma.
- Se que no me has hecho venir aquí solo para tomar un té. Ahora dime, ¿qué quieres?
- A partir de hoy, trabajarás directamente desde la sede del grupo Dong. Te facilitaré una mesa cerca de mi despacho, o directamente dentro, donde prefieras. No se te permitirá hacer ningún trabajo fuera de la compañía. Si tienes que quedarte tres días enteros aquí, lo harás. ¿Ha quedado claro?
- Eso podría considerarse explotación laboral, ¿verdad?
- ¿Te pones sarcástico conmigo sabiendo todo lo que puedes perder? No juegues conmigo, sabes que harás todo lo que yo te diga. No pienso dejar que me repliques.
Lo sabia bien. Sicheng sabía que también me tenía en la Palma de su mano. Si quisiera cerrarla, todos moriríamos aplastados por el peso de su nombre.
- Lo haré. Pero quiero un secretario, por lo menos.- Sicheng se rió.
- Puedes hacer uso de Yun. Le comunicaré mañana que también trabajará para ti. ¿Algo más?
Mirándolo en perspectiva, ese fue el momento donde todo empezó a funcionar. Donde todo empezó.
Claro que en aquel entonces no tenía ni idea de lo peligroso del asunto.
Fue en ese momento donde empezó mi cuenta atrás.