MARK
Osaka, 2017, enero
Jodido. Estaba bien jodido. Realmente estaba acostumbrado a cagarla, además en dimensiones épicas. Pero creo que jamás la había cagado en 3D.
¿Lee Mark, en que cojones pensabas cuando te metiste con el clan Nakamoto?Incluso si no vivías en Osaka, o en Japón en general, sabías quienes eran el clan Nakamoto.
Unos tipejos despreciables que mataban, jugaban apuestas y estafaban a absolutamente cualquier alma que cayera en sus manos.Me debí de creer el hombre mas ambicioso del mundo para haber acabado allí.
Estaba en un sótano, seguramente el de la casa de uno de los miembros del clan. Creo que no era un Nakamoto.
Actualmente, el clan Nakamoto estaba compuesto por dos hermanos (Los Nakamoto de "Pura sangre" que conservaban el apellido), alguna ramificación de la familia (familia lejana, pero con poder administrativo) y muchos hombres fieles al clan, que básicamente eran matones.
Estábamos frente a una mesa de póker. Siempre se me había dado bien jugar al póker, y cuando unos tíos en un bar me dieron la oportunidad de irme a jugar donde "la apuesta era alta", la verdad es que fue una oferta que no supe rechazar.
Aunque si hubiera sabido que él estaría ahí, en frente mía, jugando al póker, no hubiera abandonado el lugar.Si hubiera sabido que Nakamoto Yuta, el líder del clan, estaría jugando conmigo, tal vez incluso me hubiera mudado a Filipinas.
La apuesta no solo era excesivamente alta, si no que si el líder estaba allí, solo podía significar una cosa:quería algo de mi.
Mire las cartas que tenía en la mano: escalera real.
En mi mano poseía un as, rey, reina, jota y diez.
Una escalera real era imbatible.
Era imposible que sin hacer trampas, alguien tuviera otra escalera real.- Voy con todo- arrastre sobre la mesa todas las fichas que poseía, que sumaban la cantidad de veinte millones de yenes.
Nakamoto Yuta sonrió, miro a los demás jugadores y, mientras los demás iban rindiéndose uno a uno, le llegó el turno al líder.
- Lo veo, e igualo la apuesta.- dejó sus cartas sobre la mesa y sonreí. tres cartas del mismo valor y dos cartas de un valor distinto, pero coincidentes entre ellas.- Full House.
Posé levemente mis cartas sobre la mesa, y cuando Yuta las vio, simplemente sonrió, como si hubiera perdido un caramelo jugando al parchís.
-Escalera real.- tome las fichas y me las guardé. Ya había ganado una vez, y como no era cuestión de perder dinero, decidí que era el momento de dejarlo.- Gracias por su amabilidad señores, pero es hora de que me retire.
Cuando fui a subir las escaleras, oí una cínica risa. Me paré en seco y giré. Lo último que vi fue a Nakamoto Yuta riendo mientras decía: "Es peor ganarle que perder, joven Lee"
Días después ocurrió: el clan Nakamoto se cobró la venganza.