JAEHYUN
- ¿Estáis seguros de que no queréis llevaros algo de alcohol? Seguro que el de China no se compara con el de Estados Unidos.- dijo Johnny, sonriendo como un niño.
Nos encontrábamos en la pista de aterrizaje, esperando a que la tripulación preparara todo lo necesario para el vuelo.
Johnny había venido con nosotros para asegurarse de que las armas iban correctamente acomodadas en el avión.- ¿No ha venido ese novio tuyo? Que pena, me había gustado a mi también.- ambos nos reímos, como si fuéramos amigos de toda la vida.
- Quiero volver a recordártelo, por si quieres pensártelo dos veces.- Johnny cambió su semblante, y en cuestión de Segundos se puso lo más serio posible.- Ni siquiera la influencia de Sicheng le impediría ir a la cárcel si os pillan con esto. Pueden pasároslo por alto mientras contrabandeéis con armas o drogas locales, pero si os pillan con armas estadounidenses, lo tenéis jodido. No es un juego de niños como con los que estáis acostumbrados a jugar.- evité mirarle, sin saber que responder. Miré al cielo, sin nubes, simplemente azul.
- ¿No lo harías tú por Jungwoo?.- me miró sorprendido.- Pues yo lo haría por ella, y es lo que hago. No puedo protegerle de otra manera.- le sonreí, y las facciones de Johnny se relajaron.
- Parece que ambos estamos atados de pies y manos, ¿no? En ese caso, cuenta conmigo. Siempre y cuando no involucres a Jungwoo, tienes un aliado al otro lado del charco.
Me dio la mano, en una especie de saludo. No tenía claro qué quiso hacer, aunque supongo que por allí darse la mano con todo el brazo y darse un abrazo era lo más normal.
- ¡Jung!.- Kun me llamó desde el otro lado de la pista. Seguramente ya estaba todo preparado.
- Nos volveremos a ver, Jung Jaehyun.- Después de decir eso, Johnny se dio media vuelta y se fue.
Me subí al avión y eran las mismas azafatas y los mismos pilotos de la última vez. Claro que de un día a otro no daría tiempo a cambiar nada.
- ¿De que hablabais?.- Kun tomó asiento Justo enfrente de mi. Que avance, seguro que Sicheng le había dicho que averiguara algo.
- Sobre las nubes. Hoy no había ninguna en el cielo, así que pensé que sería bueno si vamos a volar.
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Nunca, jamás, en toda mi vida había tenido tantas ganas de llegar a casa.
Cuando Watori, el chofer de Sicheng, me dejó en la puerta de casa, no dudé en bajar rápidamente.
Al entrar a casa sorprendió no ver a ningún guardia en la puerta, ni en el salón.
Instintivamente pensé que algo estaba pasando, así que me coloqué una pequeña pistola en el bolsillo trasero.
Aunque podía ser que solamente estuvieran en su hora de descanso.
Subí a la planta de arriba, y dejé mis maletas en la habitación.
Después, fui a la habitación de Eli, y para mi sorpresa, no estaba.
No tardé en atar cabos, y un sentimiento de ansiedad se expandía por mi interior.
¿Porqué tenía la sensación de que iba a perderla?Enseguida me agobie, imaginando todos los escenarios posibles.
¿Y si habían matado a los chicos y habían secuestrando a Eli?