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A la mañana siguiente mientras me estoy preparando para irme al campo con Asier me llegan muchas notificaciones de Instagram seguidas. Un tal @1990rvh le ha dado like a unas 30 fotos mías. Me meto en el perfil y veo que lo tiene privado, sin foto y sin información. Parece una de estas cuentas fantasmas que realmente son falsas o para comprar seguidores. Decido ignorarlo y ponerme en marcha. Asier me recoge en unos minutos y yo sigo sin preparar.

El camino en coche es de una hora aproximadamente. Me encanta la música así que he preparado una playlist para el viaje. Cuando ajustamos a los perros entre el maletero y el asiento de atrás, nos ponemos en marcha y yo empiezo mi ardua tarea como DJ.

- ¿Has traído la música preparada? – pregunta divertido.

- Sí, bueno, es una lista de reproducción. Le he añadido algunos éxitos que no pueden faltar en un viaje de carretera.

- ¿Y qué son para ti "éxitos"?

- Pues canciones que son muy buenas, ¿no?

- Vale, vale. No sé qué tipo de música escuchas.

- Ahora lo verás.

- Seguro que eres de Justin Bieber y los tres hermanos esos que cantaban en Disney – se burla de mí.

- Pues mira, he de decir que los Jonas Brothers tuvieron su momento, pero no. Y Justin últimamente saca canciones chulas.

- A ver, listilla, ¿qué me vas a poner?

Ay, esa pregunta en mi cabeza resuena con un doble sentido inmenso. <<Cachondo>> me entran ganas de decirle. Pero me muerdo la lengua y me concentro rebuscando la canción ideal para empezar. Y tras varios minutos decidiendo cuál poner suena: <<La raja de tu falda>> de Estopa.

- Pero bueno, ¡si tienes buen gusto!

- ¿Quién lo ha dudado? – pregunto.

- Rotundamente: yo.

- Hombre de poca fe...

- Esta vez me trago mis palabras, aunque puedes ser la suerte del principiante. Nos queda casi una hora de trayecto. A ver con qué me sorprendes.

- Seguro que te sorprendo.

- Lo haces constantemente, Alma – me mira de reojo y yo me derrito un poquito sin que se me note.

Tardo tres canciones en perder la vergüenza y ponerme a cantar como la loca que soy en el coche. Mi perro, que está acostumbrado, duerme en el asiento trasero plácidamente, pero Lola ladra de vez en cuando desde su transportín en el maletero. Esta vez suena << La casa por el tejado>> de Fito y Fitipaldis, y yo con ésta sí que no me puedo resistir. Asier me mira y se ríe cada vez que me vengo arriba en alguna estrofa y alzo la voz por encima de la radio.

Pasamos por Rozalén, más de Estopa, algo de India Martínez, Michael Jackson, Christina Aguilera, David Guetta, Melendi, Beyoncé... La verdad es que mi lista de reproducción es muy variada. Asier no tiene ningún motivo para quejarse de nada, soy una DJ estupenda. Suena <<Pump It>> de Black Eyed Peas cuando llegamos a nuestro destino. Estamos en la sierra de Huelva, en una ruta que Asier conoce de haber hecho senderismo con algunos amigos.

Nos bajamos del coche y me estiro mucho cogiendo una bocanada de aire fresco. Hace sol, es noviembre y estamos totalmente equipados para pasar un día en el campo. Asier abre el maletero y una bola de pelo rizado marrón sale disparada del coche. Pegando saltos y dando carreras alrededor del coche. Lola, la mestiza de perro de agua, es un torbellino. Pongo, que venía dormido, sale con cara perezosa del asiento trasero, pero moviendo enérgicamente el rabo. Se están conociendo los dos por primera vez. Es una suerte que ambos sean sociables. Estuve hablando de ese tema con Asier antes de aceptar el plan. No quería dramas y gruñidos. En absoluto, se olisquean, se dejan las cosas claras entre ellos y echan a correr por la sierra. Yo me encargaba de traer una manta y bebida (para humanos y perros) y él, se encargaba evidentemente de la comida.

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