Me siento mucho mejor cuando llega el fin de semana. Desde la última sesión con Sonia estoy más animada y consigo dormir un poco más. Solo han pasado dos días y espero no recaer. El tema de Asier es lo que peor llevo, no consigo centrarme ni decidir nada. Por una parte, creo que debería dejar las cosas como están y seguir como si nada, por otro lado, creo que tener a alguien en mi estado, no es sano. No quiero arrastrarlo conmigo.
Isaac me ha llamado para que desayune con él. Cómo es sábado y hasta la tarde no he quedado con Asier, acepto el plan sin dudarlo.
- Hola pelirroja.
- Hola.
- ¿Ya no soy el gemelo malvado?
- Creía que se sobreentendía.
- Ah vale, que ha sido una simple omisión de información.
- Sí, para ahorrar saliva.
- Me parece bien.
- Pídeme media tostada de jamón y un café, ¿no?
- Ahora mismo, jefa – responde cuadrándose cómo los militares y se acerca a la barra del bar para pedir el desayuno.
Por alguna razón, quedar con Isaac me resulta muy fácil. He hablado en estos días con él más que con mis amigos de toda la vida. Creo que el drama vivido nos ha unido de una forma en que sólo se unen las personas que experimentan cosas así. Sí, suena dramático, pero también tiene mucho sentido. Le hablaré más a la doctora de Isaac en la próxima sesión.
- ¿Cómo se presentan las navidades? – le pregunto a Isaac.
- Pues mal, tía.
- ¿Y eso?
- Eric no viene, tiene curro y su chico también.
- Vaya, sé que tenías muchas ganas de verlo.
- Sí.
- ¿Te quedas con tus padres?
- Mis padres son los encargados de montar una fiesta este año en casa para sus amigos de la asociación a la que pertenecen – dice torciendo el gesto. – Todos viejos, para que tú me entiendas.
- ¡Qué planazo! – digo sarcásticamente y él asiente.
- Total, que creo que me voy a ir de interrail – dice a bocajarro.
- ¿Interrail? Eso es supercaro, ¿no? – digo ojiplática.
- En general, sí, pero tengo un colega en una agencia de viajes online y con él me sale menos de la mitad.
- Joder, siempre he querido hacer un viaje por Europa – admito.
- ¡Vente!
- Sí, claro... - respondo.
- Sí. ¿Por qué no?
- Porque no tengo ni dinero ni tiempo, tengo que trabajar.
- ¡Y yo! Pero será en Navidades – comenta. – Dos o tres semanas a lo sumo.
- Estás loco, no puedo hacer eso.
- Creo que te vendría muy bien un descansito, amiga.
- En eso coincido. ¡Necesito un respiro!
- Pues no te lo pienses.
- Uf, dame tiempo, tío. A ver, cuéntame el plan.
Isaac me enseña la web de la agencia y me cuenta los distintos viajes que se proponen. El que más le gusta a él, es uno que sale desde Barcelona y pasa por Francia, Luxemburgo, Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. A mí también es el que más me llama la atención. El viaje se realiza en un total de 17 días y verá ocho o nueve ciudades. Salen el día 23 y vuelve el día 9 de enero, por lo que pasará todas las navidades viajando.
- Pero por allí hace un montón de frio – puntualizo.
- Claro, en el tren-cama y en los albergues hay calefacción – aclara. - ¿Te crees que cuando vas de interrail duermes en el campo?
- No, idiota – digo riéndome.
- Pues ese es el plan.
- ¿Y cuánto vale todo eso?
- En circunstancias normales unos mil euros, – se me para el corazón al oír la cantidad – pero mi amigo nos lo deja a 475€ transporte y alojamiento.
- Joder, es muy barato.
- Sí.
- Si tuviera los días de vacaciones lo haría.
- ¿Y no lo puedes pedir?
- Creo que no.
- Inténtalo.
- No sé, Isaac.
- ¿Qué no sabes?
- Todo. Irme así es una locura – musito. - ¿Qué hago con los animales?
- Venga ya, eso no es problema.
- ¿No?
- No.
- Pues ilumíname con tu sabiduría.
- Que alguien vaya a echarle de comer a Ares y Pongo se queda en mi casa.
- ¿En tu casa?
- Claro, tenemos espacio de sobra y mis padres no te van a decir que no.
- ¡No voy a cargar a tus padres con ese marrón!
Sin mediar palabra coge su teléfono, le da a unas teclas y se lo pone en la oreja.
- Mamá, ¿os quedaríais con Pongo si Alma se viene de viaje conmigo en navidades?
- Estás loco – susurro gesticulando mucho. – Cuelga.
- Vale, mamá. Gracias. Luego te veo – y cuelga.
- Listo. Dice que sin problema.
- ¿Y ellos dos van a poder con tres perros?
- Alma, mi casa tiene un terreno de mil metros cuadrados y campo al lado. ¿Has visto alguna vez a Roko o a Dana con correas? – pregunta.
- Creo que no.
- Pues ahí tienes tu respuesta.
- Joder, eres un liante.
- ¿Y con Asier qué hago?
- Ahí no me meto – levanta las manos como diciendo que eso no es asunto suyo.
- Ya veremos. Te confirmo pronto.
- Pronto es mañana – dice con seguridad.
- ¿Mañana?
- Hago el pago el lunes y el jueves cogemos un avión.
- ¡No me agobies!
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ALGO
RomanceCORREGIDA, MODIFICADA, MAQUETADA Y PUBLICADA EN AMAZON https://www.amazon.es/dp/B09TMYW8NM/ref=cm_sw_r_apan_glt_i_CTV3ZFGJTXTQKQBAB5T6