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- ¡Quiero ir a bailar! – le digo a los chicos al salir del restaurante de comida rápida dónde hemos cenado.

- ¿Unas pintas? – pregunta Dominique.

- Claro, vamos a beber.

- Pues vamos al garito que me han recomendado – interviene Marcos.

Cuando entramos en el pub no son ni las nueve de la noche y está abarrotado. Como podemos, pedimos unas pintas y nos colamos en la pista. Hace un calor horrible, llevamos mil capas de ropa y vamos quitándolas conforme avanza la noche.

- ¡Este sitio está genial! – le grito a Isaac por encima de la música tecno que tienen puesta. Él asiente con la cabeza.

Bailamos una canción tras otra y me lo paso realmente bien. La cerveza belga tiene mucho más alcohol que la española, por lo que cuando llego a la tercera ya estoy con el puntito. Sudo muchísimo bailando porque solo pegamos saltos. No hay reguetón, es todo música electrónica. No estoy acostumbrada a ir a discotecas de este estilo, pero le cojo el tranquillo pronto. La cerveza ayuda, por supuesto. En algún momento de la noche me topo con un tipo rubio muy alto que se pone a bailar conmigo, es enorme, parece un gorila de pelo amarillo y está dándolo todo en la pista. Va con tres o cuatro amigos igual de altos que él.

- ¿Cómo te llamas? – pregunta en inglés.

- ¡Alma!

- ¿Arma?

- No, Alma – se queda con cara extraña. – Soul en español.

- ¡Ah! – dice.

Creo que no se ha enterado de nada, pero él sigue bailando.

- ¿Cerveza? – pregunta aún en inglés.

- Sí – y nos acercamos a la barra a pedir más.

Cuando tenemos nuestras cervezas en la mano me pregunta si quiero tomar el aire. Miro a Isaac y le aviso de que voy a salir con él.

- ¿De dónde eres?

- España, ¿y tú?

- Escocia – responde.

- ¿Fumas? – y me tiende un cigarrillo que cojo con ganas. Llevo días sin fumar, pero con la borrachera que me estoy cogiendo, no voy a decir que no. - ¿Estás de viaje?

- Sí, viaje en tren por Europa.

- ¡Wow! Mi amigo Rick se casa – dice.

- ¿Estáis de despedida de soltero?

- Sí, último viaje de soltero.

- ¡Qué bien!

Cuando acabo el cigarrillo y lo tiro hago el intento de irme para adentro, hace un frío horrible y prefiero el calor abrasador del pub.

- Yo no tengo novia, podemos pasar la noche juntos.

- No – respondo secamente. – Me espera un chico en España.

El asiente y sonríe mientras levanta las manos en un gesto de rendición. Es muy educado para la cantidad de cervezas que debe llevar en el cuerpo. Educado y atractivo. No como la belleza fina y delicada de Isaac o las facciones perfectas de Asier, es guapo de una manera ruda. Me gusta, pero yo no estoy para líos de una noche y, sobre todo, quiero respetar a Asier, que sé que verdaderamente me espera en Sevilla.

Isaac me mira interrogante y niego con la cabeza para dejar claro que no ha pasado nada de lo que deba preocuparse. El rubio enorme se va con su grupo y yo me termino mi cerveza con el mío. Marcos y Dominique están muy acaramelados a un lado de la mesa, parece casi que se van a follar en medio de la pista. Isaac y yo nos miramos y nos vamos a la barra a por otra ronda.

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