Seis meses después.

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Han pasado muchísimas cosas en estos seis meses. Alex se trasladó a Barcelona y allí está teniendo un éxito rotundo como presentador de un programa. Sé que no le queda mucho para convertirse en una estrella. Hablo con él como mínimo una vez por semana y en breve iremos a visitarlo Mara y yo. Lo echo de menos a diario.

En cuanto a Mara, volvió a cambiar de trabajo, sigue sin convencerle, pero al menos le gusta más que el anterior. Conoció a Fran y está loquita por él. Es un chico encantador, atento y, aunque a veces me pone de los nervios lo lento que habla, me cae muy bien.

Ruth salió del hospital más tarde de lo previsto, pero la medicina moderna hace auténticas maravillas, está casi completamente curada. Ha tenido que aplazar la boda, pero ya tiene nueva fecha con Víctor, que la cuida como la reina que es. Además, están pensado en adoptar un bebé. ¡Qué alegría! Sabemos que el proceso durará mucho tiempo, pero están felices con la decisión que han tomado. Me deshice en disculpas con ella durante mucho tiempo, hasta que se cansó de decirme que no era mi culpa y me dio un ultimátum: o dejaba de hacerlo, o ella dejaba de hablarme. Me rendí.

La boda de Eric es en apenas dos meses, nos vamos todos a Inglaterra, estoy deseando verlo. Solo nos hemos visto una vez que vino con Patrick, pero lo considero un buen amigo, hablamos a menudo.

Noa ha conseguido una beca y está en Irlanda haciendo un máster de idiomas. ¿Todo el mundo está yéndose por ahí o es mi imaginación? Mamá y yo fuimos a verla en primavera y su cuidad no puede ser más bonita.

En cuanto a mí, ha cambiado todo.

He seguido yendo a terapia, la doctora me ayuda cada vez más. Me siento más fuerte y más dueña de mi propio camino. Me olvidé de Héctor el día que lo condenaron a ocho años de prisión y al poco tiempo, hice un curso de redes sociales compatible con mis estudios anteriores, y cambié de trabajo. Me parece increíble ser la Community Manager de una empresa de ropa vegana. Sí, toda hechas con materiales veganos y concienciada con el medio ambiente. ¡Ah! Y tengo otro gato. Una preciosa gata blanca de pelo largo llamada Buffy, porque le bufa a todo el que pasa, y porque me encantaba esa serie de vampiros.

Asier y yo decidimos que no era el momento de tener una relación, había demasiadas cosas que pesaban más de la cuenta. Todo lo que pasó con mi ex hizo mella en nosotros, además, yo no estaba preparada y él tampoco. Nos dimos cuenta de que quizás no estábamos tan hechos el uno para el otro. Volvió hace pocos días y regenta el restaurante de su padre como si llevase toda la vida haciéndolo. Es una persona genial y un maravilloso chef. Lo admiro muchísimo por ello. Lo mejor de esto, ha sido que seguimos siendo amigos. Nuestra relación no cuajó lo suficiente como para que hubiera rencores, lo hablamos como adultos y llegamos al acuerdo de que como amigos, estaríamos mucho mejor.

Y por último está Isaac. No se fue a ninguna parte, sigue viviendo a 30 metros de mi casa. Seguimos teniendo sexo de vez en cuando, aunque tardamos en retomar aquello que empezó en el extranjero. Una noche, que se presentó en mi casa porque estaba aburrido y quería cenar conmigo, nos acostamos, y desde entonces, lo pasamos muy bien juntos. Nadie supo nunca lo que pasó en aquel viaje, pero sí se huelen lo que está pasando entre nosotros ahora. No sé dónde nos llevará esto, pero hay algo...

FIN.

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