No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 51

Bueno bueno nueva actualizacion y con sorpresita! 

algo que venian pidiendo desde hace tiempo!

asi que espero sus comentarios y sus votos <3

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Al día siguiente, aun sin saber que va a pasar con mi puesto de trabajo, voy en mi horario normal a la empresa. No sé qué era lo que esperaba que pasara, pero no era que hubiera otra persona en la oficina de Matt.

—Hola.

Un señor de unos 50 años, bien conservado, con anteojos y traje está sentado en la silla detrás del escritorio de Matthew. Cuando me escucha, levanta la mirada y me sonríe amablemente.

—Hola, ¿Nina, cierto?

—Si ¿usted es?

—Jeff Turner. Soy el encargado de esta sede.

Recuerdo haber escuchado de él, era la persona a cargo hasta que llego Matt.

—Oh, mucho gusto —murmuro y luego pregunto entre balbuceos—. Y Matthew, es decir ¿y el señor Reed?

—Me reuní con él para ponernos al día, yo vuelvo a estar a cargo de terminar los proyectos que él tenía pendiente porque tiene que volver a Nueva York. Me explico que eras su secretaria y me dijo que decidiera si yo necesitaba a alguien, así que, si no tienes inconveniente, creo que podremos trabajar juntos porque ya sabes el trabajo que hay pendiente.

No sé qué responder. No puedo creer que no viniera hoy y que no me dijera nada de esto

—Supongo que no debería haber problema —digo decepcionada —¿El, no va a venir más?

—No. Se volvía hoy mismo.

¡¿Qué!? ¿se va sin despedirse? Sé que quizá me lo merezco, pero no pensé que de verdad se iba a ir y no lo iba a volver a ver. No he parado de pensar en nuestra discusión de ayer y pensé que capaz podíamos volver a hablar y arreglar la situación, pero ahora veo que, si se va así sin más, quiere decir que yo claramente no le importaba tanto.

—¿Estas bien? Estas un poco pálida —me habla el señor Turner y yo regreso a la tierra.

—Sí, lo siento. ¿Cómo seguimos entonces?

—Tráeme las carpetas de los proyectos de Barcelona, y de marketing y si no es molestia, un café con leche, por favor.

—Enseguida.

Por lo menos mi nuevo jefe es amable y me pide las cosas por favor. No le debo haber dado una muy buena impresión de todos modos, porque he estado todo el día distraída y me cuesta concentrarme.

Me tomo mi hora de almuerzo y cuando me doy cuenta, me encuentro en el hotel de Matt. No sé qué pretendo, ni siquiera sé si sigue aquí, pero necesito verlo una vez más.

Veo al gerente del hotel que ya me conoce y me acerco rápidamente a él, que se sorprende de verme ahí.

—Señorita Brown, ¿la puedo ayudar en algo?

—Necesito saber si Matthew sigue aquí —pregunto desesperada.

—No, no está aquí —por alguna razón, no le creo.

—Por favor, necesito verlo urgentemente.

—Señorita, el señor pidió que nadie lo molestara hasta que se vaya.

—Soy su secretaria, necesito hablar con el de algo importante —Sé que no me cree, pero no me importa.

—Lo sé, pero dio la orden expresa de que usted tampoco puede —dice con lastima.