No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 39

Primero que nada feliz dia internacional de la mujer :) 

sorry la tardanza pero me costo escribir este cap. 

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Su beso ahora es mas dulce, pero con la misma sed de deseo y necesidad que el anterior, se que me esta suplicando en silencio, se que esta igual o mas desesperado que yo por esto.

Me abruma la facilidad con la que el me hace perder la cabeza y la facilidad que tiene para hacerme caer. Sus manos calientan cada parte de mi cuerpo que no tarda en reaccionar. Las piernas me tiemblan como gelatina, mi respiración es entrecortada y un mar de sensaciones entre excitación y nerviosismo me invaden.

Vuelve a abandonar mis labios y me deja un rastro de besos por la mandíbula, la clavícula y luego llega hasta mi oído.

—Dime que sí. —me susurra con su voz ronca, erizándome la piel y luego tira de mi oreja y gimo.

Aunque pensé que ya mi reacción y mi cuerpo le había dicho que si, como no se si tengo la capacidad de decir mas de dos palabras, solo asiento como una loca. Pero, para él no es suficiente porque detiene sus caricias, se aleja un poco y me toma de la cara con un poco mas de seriedad.

—Si te quieres ir a casa me lo puedes decir, lo entenderé. No me voy a molestar —se que habla muy en serio y se lo agradezco—. No quiero que te sientas obligada a nada y Nina, más importante que eso, siempre puedes decir que no. A mi y a quien sea.

Sus palabras tocan una fibra sensible en mi y un sentimiento que no se muy bien como describir, se adueña de mi pecho. Sabe por lo que he pasado, sabe también lo fácil que es dejarse llevar por el deseo y, aun así, está pensando en mí. Me esta recordando que solo yo puedo decidir, que soy yo la que tengo el poder.

Nunca me había sentido de esta manera, nunca me había sentido como la prioridad, hace mucho tiempo que no sentía que tengo poder de decisión y hace mucho que no sentía seguridad para decir no y el hecho de saber que Matthew me esta reafirmando que lo puedo hacer y que todo va a estar bien, en este momento, lo ultimo que quiero es decir no.

Unas lágrimas traicioneras se escapan de mis ojos y el arruga el ceño, preocupado mientras las limpia con delicadeza. Debe pensar que es por lo que estaba sucediendo, pero en realidad es solo por lo abrumadora que son sus palabras y sobre todo, el peligroso efecto que tiene el en mi.

—Mierda, la cague, otra vez —dice exaltado—. No llores, por favor. Soy un idiota y...

—No, Matt. No es eso—. lo interrumpo con la voz entrecortada—. Es que...

—No, no tienes que justificarte. Soy un imbécil que no piensa las cosas—ahora esta molesto, pero se que es con el mismo y se me encoje el corazón porque no es lo que pretendía—. Vete a tu casa tranquila. Ya me encargo yo de lidiar con mi mierda.

—Espera—digo cuando se intenta alejar de mí. No quiero dejar las cosas así, no cuando es un malentendido y lo único que quiero en este momento es perderme en el—. No es lo que piensas. De verdad...

—Nina, para. No tienes que explicarme nada.

—Por favor, déjame hablar. Me cuesta mucho expresarme en situaciones así—le suplico y el finalmente asiente—. Es solo que hace mucho tiempo que no sabia lo que era estar con alguien sin tener miedo, Matthew. Y, que aun cuando sabes que tienes la facilidad para hacer que me deje llevar, me reiteres que no hay nada malo en decir que no...

Me intento explicar como puedo y me ahogo un poco con las palabras porque decirlas en voz alta solo intensifica mas todo lo que estoy sintiendo y es en este preciso instante que se que si no tengo cuidado con él, va a ser mi mas absoluta perdición.