Capitulo 14

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Estoy intentando cumplir lo de actualizar mas rápido! otro capitulo en menos de una semana. Espero les guste :) 

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Bajamos en completo silencio en el ascensor. No dice nada cuando me abre la puerta del auto ni en el camino a mi casa. Está completamente sumergido en sus pensamientos. Algo me dice que no está bien y que la culpa la tiene esa mujer. El silencio se hace ensordecedor porque esta vez la música está apagada, pero me parece que él no se percata de ello, es como si olvidara que yo estoy con él en el auto.

—¿Está bien? —antes de que lo pueda pensar, la pregunta simplemente sale de mi boca.

El me mira de refilón y me parece que cae en cuenta que no estaba solo.

—¿Por qué no lo estaría?

Por supuesto, si le pasa algo es lógico que no me lo va a decir a mí. Me encojo de hombres y susurro

—Lo siento.

Veo como pone los ojos en blanco

—Otra vez te estas disculpando por nada. No soy yo el que esta lastimado así que yo te debería preguntar eso a ti ¿estás bien?

—Si.

Él no tiene ganas de hablar, yo tampoco así que recuesto la cabeza sobre la ventana y no hablamos más durante el resto del camino. Cuando me deja en mi casa me pide que descanse y sin mucho más, se va.

Después de ducharme, me pongo frente al espejo y observo el raspón que me hice hoy, no es muy grande pero seguro me quedara una marca. Una más, una menos, no hace mucha diferencia.

Me como unas galletitas, me acuesto mientras me da un poco de sueño y reviso mi celular. Chloe me escribe preguntándome como estoy, omito lo que paso es la oficina antes de que se ponga histérica. Me dice que Luke no la deja en paz, que quiere hablar conmigo. Lo pienso un poco, pero al final le digo que no estoy lista.

Para el viernes estoy mentalmente exhausta. Matthew me pregunto varias veces como estaba del golpe, me parece que todavía se siente un poco culpable. El resto de la semana compre mi comida y almorzaba en mi mesa para evitar encontrarme con Gabriela o con Andrés, no tengo ganas de que me insistan con eso de salir a una discoteca.

Le preparo el café de todas las mañanas, pero me extraño cuando pasa una hora y todavía no ha llegado. Es raro, él es muy puntual y no me dijo que tuviera algún compromiso a la mañana o que fuera a llegar tarde.

Hora y media después aparece, entra a su oficina sin decir nada, dando un portazo. Preparo otro café, me lleno de valor y toco la puerta de su oficina. Me dice que pase.

—Buen día. Su café.

—Necesito los balances de este mes. Confirma para el martes la reunión con los chinos. Llama a la planta de diseños otra vez y que necesito los planos principales de la propuesta del proyecto.

No me dio los buenos días, apenas miro el vaso que le deje en su mesa, y no me miro en ningún momento porque está concentrado en la computadora. Su voz es dura y me doy cuenta que esta de muy mal humor.

—¿Algo más?

—Te lo hubiese dicho. Deja de perder el tiempo y haz lo que te pedí.

Salgo de su oficina cerrando la puerta un poco más fuerte de lo necesario. No me acostumbro a sus cambios de actitud y a su forma de tratarme.

Después de confirmar la reunión del martes, imprimo los balances que me pidió y por último llamo para que me suban los planos que necesita, pero me dicen que no están listos. Mierda, cuando le diga eso a Matthew se va a encabronar más y no me extraña si despide unas cuantas cabezas. Llevo toda la semana encima de ellos recordándole que el jefe necesita esos planos que me parece son para esa misma reunión que acabo de confirmar.

No me dejes caer; Escondida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora