No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 13

Actualización rápida otra vez! 

agradecería si pueden dejar sus comentarios para saber que opinan y también son motivación para seguir escribiendo. 

Espero les guste :D

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Hace un rápido escaneo de la habitación, la mira a ella luego a mí fugazmente y otra vez a ella.

—¿Que haces aquí? ¿te volviste loca?

Es su novia ¿y le habla así? Pensaría que con ella seria más amable. Se dirige hacia mí, sin realmente prestarme mucha atención, pero me toma del brazo ayudándome a levantar, me encojo un poco por el dolor, pero él no se percata y me sienta en la silla.

—Tengo que hablar contigo y esta no me dejaba pasar.

Se refiere a mí de manera despectiva y si no es porque realmente no sé que es lo que pasa por la cabeza de mi jefe en este momento, le diría unas cuantas cosas.

—¿Y por eso la tienes que agredir?

Ella se acerca a él, pero el retrocede.

—Ay, solo la quite de en medio. Está exagerando para que no la retes cariño.

¡Pero que falsa es! Me intento acomodar en la silla, pero realmente no puedo. Voy a hablar, pero mi jefe se adelanta.

—No me llames así. No sé que haces aquí en España, tú y yo no tenemos nada que hablar Brianna, vete de aquí.

Me pierdo por un momento, pero ¿no era su novia? Eso explica entonces su actitud.

—Viaje porque si tenemos que hablar Matt, ¡no puedes seguir evitándome!

El suelta un bufido exasperado y sé que está por perder los papeles.

—Vete a la mierda Brianna, No me interesa nada de lo que tengas que decir. Si no quieres que llame a seguridad, vete de aquí ¡ya!

Ambos se miran con furia y me siento muy fuera de lugar. No debería estar presenciando esta pelea entre ellos. Me parece que a mi jefe se le olvido por unos minutos que está en la oficina.

—Te aseguro que esto no se queda así Matthew.

Ella se voltea, pisando con fuerza como toda una mujer caprichosa, y se mete en el ascensor.

Los siguientes segundos son en un silencio incomodo mientras me parece que Matthew se está intentado recomponer y yo no atrevo a moverme ni a decir nada.

Después de lo que parece una eternidad, finalmente se fija en mí.

—¿Estás bien?

¡No! ¡No estoy bien! La loca de su novia o quién demonios sea, me empujo y ahora tengo un dolor y él se acaba de acordar que existo. Con un poco de orgullo le contesto.

—Estoy bien — No, no lo estoy.

—Mierda, No estás bien, estas sangrando.

Otra vez me está tuteando. Miro hacia abajo y tiene razón, mi camisa tiene una leve mancha de sangre. Lo que me faltaba.

—Estoy segura que no es nada.

—Vamos, levántate la camisa así vemos si es grave.

¿Que me levante la camisa? Por dios ¡no! Siento como se me empieza a acelerar el pulso.

—No es necesario, puedo ir al baño y limpiarlo, estoy segura que no es nada.

—Nina, no me pruebes porque hoy no tengo paciencia. No seas chiquilina y súbete la camisa.