Unos minutos después nos terminamos de acomodar y yo me tomo unos minutos para mirarme en el espejo y darme cuenta de que, con nuestro pequeño momento de pasión, se me quito casi todo el maquillaje y ya se ven de nuevo los golpes de mi cara que había podido disimular.
—No puedo salir así, Matt.
Lo miro a través del espejo y el se acerca para abrazarme.
—Lo tendría que haber matado —espeta con frialdad y se que de verdad lo piensa.
—Me salvaste, Matt. No podías haber hecho más.
En ese momento se escuchan unos golpes en la puerta que cortan el momento de tensión.
—Hijo ¿pueden salir?
De pronto me muero de vergüenza al pensar que su madre sepa lo que estábamos haciendo, sobre todo cuando veo la cara de Matt que me dice que a el le importa muy poco.
Después de soltar un suspiro exagerado, Matt se dirige hacia la puerta para abrirle a su madre y yo trato de esconderme detrás de el para que no me pueda ver la cara.
—¿Qué necesitas, madre?
—Quiero hablar con Nina —dice con firmeza y yo me encojo de hombros.
—Ahora no es el momento —responde el.
—No te estoy pidiendo permiso, Matthew. ¿Nina? —pregunta, mientras le pasa por un lado a Matt para poder verme.
Cuando por fin me ve, puedo ver como su expresión cambia cuando detalla mi cara, pero a diferencia de otras personas, no me ve con lastima, me ve con comprensión. Como alguien que claramente paso por lo mismo que yo.
—Dígame señora Adams, ¿necesita algo? —trato de mantenerme lo más serena posible.
—¿Estas bien? —se que pregunta por mi cara.
—Lo estoy, no se preocupe. ¿quería algo?
—Si, pero, llámame Ela, por favor. Te debo una disculpa.
—No es necesario, de verdad.
—Si lo es, si no fuera por ti, seguiría viviendo una mentira que mi hijo no parecía tener intención de contarme.
El aludido suelta un gruñido y se cruza de brazos, claramente en desacuerdo con las palabras de su madre.
—Madre —advierte el, pero ella lo ignora, cosa que solo logra molestarlo mas y a mí me da gracia porque nunca he visto alguien que no se intimide por él.
—Yo solo quería que esa mujer tuviera su merecido y que no siguiera molestando, eso es todo.
—Y te lo agradezco, de verdad. Pero igual te debo una disculpa, porque independientemente de la situación, no tenias la culpa y me tendría que haber comportado mejor contigo
—Solo me alegra haber sido de ayuda.
—¿Me dejas ayudarte yo a ti, con el maquillaje? Estoy segura de que no quieres que te vean así.
—No quiero molestarla, de verdad.
Ella me mira con simpatía y por fin me tranquilizo un poco.
—No es molestia, ven conmigo.
La empezamos a seguir, pero ella se detiene y le pone una mano a Matt en el pecho.
—Tu no. Tu ve con tu hermana es su cumpleaños —Es obvio que sigue molesta con su hijo.
—Basta, mama —como me doy cuenta de que a él no le importa y que tiende toda la intención de discutirle a su madre, decido intervenir.
—Matt, esta bien. Ve con tu hermana, ahora vuelvo.
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No me dejes caer; Escondida.
RomanceNina Johnson, una mujer de 26 años que después de que su ex abusa física y psicologicamente, se ve envuelta en una desgracia y decide dejar todo atrás, cambiarse el apellido y mudarse de país. Matthew Reed, un empresario exitoso, con un carácter d...