Una semana. Una semana ha pasado desde la última vez que lo vi a Matthew.
No sé qué era lo que pretendía ese día cuando lo fui a buscar a su habitación de hotel, pero ciertamente no esperaba que me tratara con tanto rechazo y que tuviera tanta urgencia por no volverme a ver, por más que yo lo provocara.
Sin importarme nada, no volví esa tarde a trabajar, le puse una excusa a mi nuevo jefe de que me sentía mal y él no le dio mucha importancia. Es un tipo amable. Es fácil trabajar con él, peor mi lado masoquista extraña a mi ex jefe, el que tenía un humor de perros. Tengo que admitir que más de una vez lo he buscado en google. Las páginas de chismes no paran de hablar de que uno de los solteros más codiciado regreso al país.
Un dolor en el pecho, una sensación de vacío es lo que me acompaña hace una semana. Claramente, el resultado de haber alejado de mi vida al hombre que me hace sentir viva, por miedo.
Miedo. Porque siento cosas por Matthew que nunca sentí por nadie. Tenía la habilidad de hacerme sentir segura, especial, deseada. Me hacía sentir que no estaba tan dañada como pensaba, pero darme cuenta de que me estaba enamorado de él me aterra más que cualquier otra cosa, porque él no va a amar a una mujer como yo, y si lo dejaba entrar del todo en mi vida, cuando se fuera, me iba a destrozar por completo.
Chloe y Luke estuvieron unos días más y luego tuvieron que regresar y aunque los adoro por haberme venido a visitar y por acompañarme, yo no era la mejor de las compañías porque lo único que quiero es estar sola, llorar y comer helado. Vamos, como cualquier mujer con el corazón roto.
Me cuesta mucho levantarme en las mañanas e ir a la oficina porque esta todo impregnado con su esencia y por los recuerdos, pienso en renunciar, pero recuerdo que mi vida no es la de antes y que necesito el trabajo.
Jeff me pide que le traiga algo para comer asi que decido bajar a comprar algo para mí también porque hace días que no como prácticamente nada, así que estoy débil y cansada. Tampoco logro dormir mucho, cosa que con Matthew había logrado. Me sentía segura así que lograba mantener las pesadillas lejos.
Como mi suerte no puede ser peor, me cruzo con Gabriela que tiene una sonrisa malvada en la cara.
—Miren a quien tenemos aquí, a la putita del jefe.
—Quítate de en medio y déjame en paz —espeto con los puños apretados y conteniéndome para no saltarle encima.
No sé de donde sale el carácter que tengo últimamente, pero en momentos así lo agradezco.
—¿Qué pasa? ¿Estas triste porque Matthew se aburrió de ti? Te dije que no era el hombre para ti.
—¿Ah sí? Porque estábamos juntos —espeto, envenenada, sin importarme nada —. Lo hacíamos todo el tiempo en todos lados. ¿Qué me dices de ti? Porque tú también follaste con él. Ah, pero cierto, fuiste tan poco que no te volvió a tocar.
Se pone pálida y mira a todos lados, dándose cuenta que la escenita que me está haciendo le salió mal, porque ahora todos saben que ella también se acostó con él, y aunque me muera de celos, no me importa, ni tampoco me importa confirmar los rumores sobre él y yo. Es una arpía y no pienso dejar que se salga con la suya.
—¡Estas mintiendo! —grita, nerviosa.
—Tienes razón, no fuiste poco, fuiste nada para él, zorra. Mantente alejada de mí.
Su cara es un poema, pero no pierdo más tiempo con ella y me voy de ahí.
Cuando llego a mi casa, lo primero que hago es revisar el celular porque me lo olvidé esta mañana cuando me fui a trabajar y me pongo histérica cuando veo el montón de llamadas perdidas y mensajes de Chloe diciendo que necesita hablar conmigo urgentemente.
Con un nudo en la garganta, esperando lo peor, la llamó por teléfono y me contesta enseguida.
—¡Nina! ¿Dónde has estado? Tengo todo el día llamándote —chilla histérica.
—Me olvide del teléfono en casa. ¿Qué pasa Chloe? Me estas asustando.
—Necesito que no te vuelvas loca con lo que te voy a decir.
—¿¡Me puedes decir de una vez que pasa!? —grito con los nervios a flor de piel.
—Nina, es tu padre. Tuvo un infarto y está en el hospital.
Siento como el mundo se me cae encima.
—¿Cómo está? —pregunto con la voz ahogada.
—Esta grave, Nina. No saben si va a salir de esta.
¡No! ¡No! ¡No!
Mi relación con mi padre no será la mejor, pero es mi padre y lo quiero. No puedo creer que esto esté pasando.
—¿Estas bien?
—No, no estoy bien —apenas puedo hablar.
—Nina, creo que debes regresar.
¡Mierda!
—No puedo. Yo, yo...—balbuceo, pero ella me interrumpe.
—Nina, puede que tu padre no despierte. Si eso pasa y no estás aquí no te lo vas a poder perdonar.
—Pero...
—Pero nada. En algún momento ibas a tener que afrontar tu realidad y me parece que llego el momento —me vuelve a cortar con dureza.
Chloe siempre ha estado ahí para mí cuando lo he necesitado, tanto como para darme un abrazo o para tener que decirme lo que piensa sin importar si es muy dura y este es uno de esos momentos, porque me conoce y sabe que, si no es lo suficientemente dura conmigo, no me voy a dar cuenta de la realidad.
Mierda y más mierda.
—Pero ¿Y Eric? No lo puedo ver, Chloe.
—Buscaremos la manera, pero tienes que venir.
Volver en este momento significa afrontar a mi padre, si es que despierta. Afrontar la posibilidad de volverlo a ver a Eric y afrontar de que probablemente, en el momento que pise Nueva York, Matthew se va a enterar de quien soy. Y no estoy preparada para ninguno.
—Está bien, Chloe. Tienes razón, necesito estar ahí para mi padre. Voy a regresar a Nueva York.
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Bueno bueno! capitulo corto pero porque este viene siendo el capitulo final de la primera parte de la historia.
Ahora se viene la parte en la que Nina tiene que afrontar su vida.
No me dejes caer; encontrada.
Aho
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No me dejes caer; Escondida.
RomanceNina Johnson, una mujer de 26 años que después de que su ex abusa física y psicologicamente, se ve envuelta en una desgracia y decide dejar todo atrás, cambiarse el apellido y mudarse de país. Matthew Reed, un empresario exitoso, con un carácter d...