No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 29 parte 1

Actualización rápida! Esta es la primera parte del capitulo 29! Lo que sigue se pone bueno! asi que si votan prometo actualizar la siguiente parte igual de rapido jajajaja:)

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Después de meditarlo varias horas, decido que tengo que ir con el a la dichosa fiesta para no darle el gusto de que me tenga que despedir.

Tomo un largo baño, también me tomo el tiempo y la paciencia necesaria para secarme el cabello y hacerme un pequeño recogido hacia un lado para no tapar el escote y que se pueda apreciar la parte de atrás del vestido. Me maquillo un poco mas de lo usual, me pongo un poco de sombra y al final, me pongo un labial morado oscuro.

Me miro en el espejo, me da una sensación de deja vu y me siento rara porque me siento como la vieja yo, la que se vestía así, prácticamente todos los fines de semana, donde tenía que fingir una sonrisa y tenía que hacer el papel de mujer perfecta.

Trato de sacudirme esta sensación y me enfundo en el vestido negro que debo admitir, me queda perfecto.

Para terminar, cuando ya son casi las ocho, me pongo unos colgantes, me aplico un poco de perfume y, por último, me pongo mis preciosos tacones rojos.

Como la fiesta es aquí mismo en el hotel, decido no llevar bolso. Así que, con solo mi llave, me paro en la puerta, respiro profundo unas cuantas veces para intentar calmar la ansiedad y el nudo que se ha asentado en mi estomago y ha ido en aumento a medida que pasaron las horas.

En el lobby, no se han terminado de abrir las puertas del ascensor cuando lo veo y es en ese preciso instante que el aire abandona mis pulmones, se me seca la boca y se me dispara el pulso. Está ahí, enfundado en un perfecto esmoquin negro, con camisa blanca y ¡lleva pajarita! Esta perfectamente afeitado al igual que peinado.

Esta de perfil, hablando con un hombre y no se ha percatado de mi presencia así que me tomo unos cuantos segundos para contemplarlo. A pesar de lo idiota que ha sido estos dos días, no puedo evitar soltar un pequeño suspiro por él porque por lo menos, físicamente, es perfecto.

Como si mi mirada lo llamase, se voltea y sus ojos se encuentran con los míos. Sin quitarme la vista de encima, le dice algo a la persona con la que hablaba y sin perder tiempo empieza caminar hacia donde estoy yo. Puedo sentir mi corazón que late frenéticamente y como la intensidad de su mirada me abrasa.

Siento que pasa una eternidad cuando por fin está enfrente de mí. Su mirada, seria como de costumbre, me evalúa de arriba abajo, cosa que me hace moverme, un poco incomoda, porque su cara es indescifrable.

—Buenas noches, señorita Brown— ¡por fin habla! Con un tono de voz que no revela absolutamente nada y hace que me frustre un poco.

—Buenas noches, Señor Reed— Mi voz si tiembla un poco porque su escrutinio me pone cada vez mas nerviosa.

—Me alegro que se sienta bien y pudiera asistir— Suelta, ahora con sorna, buscando provocarme y tengo que contener las ganas de voltear los ojos. Inmediatamente, los nervios y el cosquilleo que sentía son sustituido por irritación al recordar y darme cuenta que sigue actuando como un idiota.

—Me parece que no tenia mucha opción.

—No, no la tenías— dice con suficiencia y luego como si nada, me tiende su brazo—. ¿vamos?

—No baje bolso ¿me puedes guardar la llave?

Le tiendo la tarjeta, el se la guarda en el bolsillo de su chaqueta y me vuelve a poner el brazo y esta vez, lo tomo.

Caminamos por todo el lobby y nos encaminamos hacia los salones de fiesta, y me doy cuenta que hasta ahora, no tengo ni idea de cual es el motivo.