Capitulo 7

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Arriba Karla Souza, la que por ahora me imagino como nina. 

Hice un pequeño cambio, Nina no es arquitecto es Licenciada en turismo.

Espero que les guste e intentare actualizar mas rapido :)

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 Procuro llegar a la oficina con suficiente tiempo de antelación, necesito que todo vaya bien en la reunión de hoy si no quiero que mi jefe me ponga de patitas en la calle. Preparo la sala de conferencias, con todos los archivos necesarios y una carpeta para cada uno. Pongo el proyector y también mi computadora donde voy a tomar los datos de todo lo que pase en la reunión. Pongo café con unas galletitas y espero que esto le parezca bien al señor Reed o me diga que no es apropiado.

Mientras repaso una vez más los documentos, recuerdo que Gabriela me contó que el nunca llega tarde a ningún lado. Así que, puntual como siempre, a las ocho se abren las puertas del ascensor y esta el, con un traje negro de tres piezas que, probablemente como todos sus trajes, está hecho a la medida. Para variar está hablando por teléfono y sin decir nada entra a su oficina dejando la puerta abierta así que entro detrás de él y babeo unos minutos mientras el, que sigue al teléfono, se quita la chaqueta y la deja a un lado. El jodido esta como quiere.

-Necesito esos documentos hoy a más tardar o no hay trato- y así corta el teléfono y lo tira sobre la mesa, posa su mirada sobre mí, me inspecciona de arriba abajo y pone una cara que no se realmente como interpretar porque es todo un misterio. Se sienta en su mesa y sin mirarme como de costumbre. -está todo listo para la reunión? –

No se molesta tampoco en saludar pero no sé porque me sorprende.

-Buen día señor, Si, todo está listo en la sala de reuniones-

-Bien, cuando lleguen las personas las hace pasar a la sala de reuniones y me avisa. Tenga listo mi café.

Como ya sé que cuando me pide el café no tiene más nada que decir, salgo de su oficina. hoy tiene que salir todo bien pero que él sea así y que me escaneara de la forma en que lo hizo no ayuda a mis nervios.

Suena el teléfono y lo cojo. Es de recepción que me avisan que van subiendo las personas que esperamos.

Son dos hombres. Uno tiene aproximadamente 30 años, es bastante guapo de cabello marrón, alto, moreno y lleva puesto un traje y corbata. El otro es un hombre más bajo, claramente mayo que el otro, rechoncho y va vestido con una simple chaqueta y con unos cuantos botones sueltos. No da muy buena impresión, me pregunto que pensara el señor Reed de él.

-Buenos Días, Mi nombre es David Guerra- se presenta el señor mayor- y este es mi colega Tomas Santos, tenemos una reunión con el señor Reed.

-Buenos Días señores, el señor Reed los está esperando, pasen a la sala de reuniones y el estará en unos minutos con ustedes.

Cuando me paro para enseñarles a los hombres la sala, noto como el señor Guerra me mira de arriba abajo, como lo hizo mi jefe, la diferencia es que con el si puedo saber que me mira con lujuria y me hace sentir incomoda. Me volteo aún con la mirada de el en mí y voy en busca de Matthew.

Toco la puerta y me dice que pase.

-Señor Reed, lo están esperando en la sala de reuniones.

Se para y se pone la chaqueta otra vez, que le queda como anillo al dedo y cuando creo que me va a pasar por un lado me hace señas para que camine primero. Camino delante de él y procuro mantener mi equilibrio.

En la sala de reuniones, los dos hombres se levantan de sus sillas y el señor Reed los saluda mientras yo le paso su café.

-Buen día, señor Guerra- le tiende la mano y le da un apretón

No me dejes caer; Escondida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora