Siento sus manos sobre mi cuerpo. Me apreta los pechos con fuerza y me muerde el cuello. Es mas fuerte que yo. No puedo hacer nada. Va a abusar de mí y no voy a poder hacer nada. Tiemblo y grito desesperada. Pido ayuda, pero no hay nadie. Nada lo detiene y entra en mi con fuerza.
—Siempre serás mía, puta.
Me despierto temblando y sudando, con la respiración agitada y desorientada.
—Tranquila. Fue solo un sueño. Estas bien.
Es Matthew. Estamos en un auto. Se intenta acercar a mí, pero por reflejo me alejo de él y veo como hace una mueca de dolor.
—Nina, estas a salvo. Estás conmigo.
Por mi mente pasan imágenes de todo lo que paso, y aunque se siente como una terrible pesadilla se que fue muy real. Eric me secuestro. Tenia una pistola, que seguramente pensaba usar después de violarme, cosa que iba a pasar si Matthew no lo detenía.
—¿Nina? —pregunta al tiempo que extiende su mano lentamente hacia mí.
Tomo su mano y tira de mi para abrazarme y yo hago lo mismo. Paso mis brazos por su cintura y lloro desconsoladamente. Si no hubiera venido por mi... no quiero pensar lo que hubiese pasado.
—Matt...—sigo con la voz ahogada, quiero hablar, pero no puedo. No me salen las palabras.
—Sh, no digas nada. Vas a estar bien, yo te voy a cuidar, cariño.
Nos quedamos en silencio mientras yo me desahogo y el simplemente me contiene y me acaricia el cabello. En algún momento, me quedo sin lagrimas y me doy cuenta que estamos estacionados frente a su edificio.
—¿Qué hacemos aquí? ¿Qué paso? —me atrevo a preguntar—. Solo recuerdo sus manos sobre mí.
El se tensa y yo me encojo de hombros. Cierra los ojos y se trata de recomponer antes de hablar. Estoy segura que lo que paso fue bastante duro para el también.
—Yo los encontré y te lo quité de encima. Casi lo mato, Nina—. Me confiesa y en sus ojos veo que habla muy en serio—. Si tu no hubieses estado ahí, teniendo un ataque de pánico, lo hubiese matado.
Ahora que me doy cuenta, su camisa esta toda manchada y tiene los nudillos rojos con la sangre seca. Tomo sus manos entre las mías y le doy un beso a cada una y el me mira expectante.
—Gracias por salvarme.
Vuelve a tirar de mi y me abraza con fuerza esta vez.
—Si algo te pasaba...—esta vez es el quien no puede terminar la frase—. Se lo llevaron preso. Vas a tener que ir a declarar.
—Vamos, no quiero que tengan ninguna razón para soltarlo—le pido con seriedad.
—Mañana. Hoy te vas a quedar conmigo y te voy a cuidar.
—Matt...—
—Matt, nada —me corta, tan dominante como siempre y esta vez no tengo fuerza para discutirle. Además, seria engañarme a mí misma si dijera que no quiero que me cuide—. Vamos.
Salimos del auto y yo me siento tan débil que me balanceo, producto de los golpes que me dio y las veces que me di en la cabeza, así que el en un segundo me carga y nos dirigimos al ascensor.
En el ascensor pego un grito de horror cuando me veo en el espejo. Tengo un ojo hinchado y colorado, al igual que la mejilla donde me golpeo y el labio cortado y estoy toda manchada de sangre.
—En un par de días se te va a pasar. No pienses en ello.
—Parezco un monstruo.
—Nunca podrías parecer un monstruo, Nina. Hasta en tu peor día, eres hermosa.
ESTÁS LEYENDO
No me dejes caer; Escondida.
RomanceNina Johnson, una mujer de 26 años que después de que su ex abusa física y psicologicamente, se ve envuelta en una desgracia y decide dejar todo atrás, cambiarse el apellido y mudarse de país. Matthew Reed, un empresario exitoso, con un carácter d...