No me dejes caer; Escondida.

capitulo 47.

Aqui un nuevo cap!!!

aprovecho para contarles que...... ta ta tan...... ya se acerca el final..... de la primera parte!!!!

siiii! va a tener segunda parte la historia!!! :=)

asi que escucho sus teorias, de que va a pasar en el desenlace de esta parte???

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En el camino le pido que en vez de ir a su hotel vayamos a mi casa así cuando terminemos no tengo que volver tan tarde a casa. Frunce el ceño y sé que no le gusta lo que le pido, aunque no dice nada. Simplemente nos lleva hasta ahí en silencio.

Aunque la pasamos bien en su oficina, por alguna razón ahora parece que esta distraído. Si, follamos, pero no parecía muy concentrado en el tema. Cuando le estoy por preguntar qué le pasa, él me dice que se va. Me encojo de hombros y sin decir nada, me levanto de la cama para ponerme mi bata de pijama y lo acompaño hasta la puerta. Me da un escueto beso en los labios y se va.

No me siento bien cuando se va peor no tengo derecho a quejarme, después de todo yo fui la que le recrimino de una forma cuando se quedó a dormir. Una estupidez, porque me gusta que se quede conmigo, pero ese día tenía que ponerle alguna excusa.

En la oficina cuando vuelve de almorzar, me dice que entre que tiene que hablar conmigo.

—¿Necesitas algo?

—¿Por qué no me contaste lo que paso ayer con Andrés? —pregunta enojado. Carajo. No quería que se enterara.

—Porque no es tu problema.

—¿No es mi problema? —pregunta con sarcasmo—. Te está acosando por mi culpa. Unas cuantas cosas le voy a decir a ese cabron.

—Si te contaron bien, me pude defender sin problema, Matthew. No necesito que le digas nada. Eso solo va a confirmar su teoría.

—Me importa una mierda lo que crean, Nina. No tienen ningún derecho de meterse.

Suelto un resoplo de frustración porque no lo entiendo. Hasta hace poco le molestaba la idea de que yo le contara a alguien lo que pasa entre nosotros ¿y ahora no le importa?

—¿No te importa que sepan entonces que te acuestas con tu secretaria?

—No —dice con fastidio—. No si me tengo que quedar callado mientras se meten contigo.

Un montón de emociones que no sé cómo definirlas me invaden. Las cosas entre nosotros cada vez se mezclan más y no sé exactamente como debería sentirme al respecto.

—Matthew por favor, no le digas nada. Solo va a empeorar la situación.

—Quiero que lo denuncies en recursos así queda en su expediente.

Pongo los ojos en blanco porque es imposible de tratar algunas veces.

—¿Qué quieres, que denuncie que me acuso de follarme a mi jefe, que, por cierto, es verdad? —le espeto con sarcasmo y él se enoja más, si es posible—. Tú mismo me dijiste que tienes una política de no confraternización.

—No existe más.

—¿¡Que!?

—La anule —suelta como si nada y no me da ninguna explicación.

Yo cada vez entiendo menos. Elimino una política de la empresa ¿por nosotros?

—Matthew...

—Nina, haz la denuncia o lo despido, tú eliges —me interrumpe con frialdad.