No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 12

bueno es corto pero actualice mas rápido :) 

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Al final decido bajar a la cafetería a comer algo, antes que mi jefe me lleve de la manito y me de comida en la boca. Es la hora pico así que casi todas las mesas están llenas. Me pongo en la cola para ordenar y mientras espero, me sobresalto cuando unas manos me toman por la cintura.

—Hola preciosa.

Me doy la vuelta, encontrándome con Andrés que me da dos besos y reitero que si, es muy confianzudo para mi gusto. La fila avanza así que aprovecho para soltarme.

—¿Cómo estás?

Es un tipo muy simpático. En otro momento, si no estuviera tan jodida, probablemente me sentiría atraída hacia el.

—Bien. Así que Reed te da tiempo para comer, pensé que te tenía en cadenas a su escritorio.

Me parece que no tiene muy buen rollo con mi jefe, aunque no es de extrañarse. No me parece el tipo de hombre que tenga muchos amigos.

—Claro que si, solo que a veces se me pasa el tiempo y no bajo.

—Pues deberías, así almorzamos juntos.

El habla con toda la ilusión del mundo y a mi sinceramente, me da igual. Evado su comentario con una pregunta.

—¿Como funciona esto de la cafetería? ¿puedes pedir lo que quieras?

—No, mensualmente te corresponde un almuerzo. Si quieres pedir otra cosa, tienes que pagarlo.

Me imaginaba que era algo así, pero por alguna razón, mi jefe me puso en su cuenta personal, que no tengo intención de utilizar. Nos entregan las bandejas y cuando nos estamos por sentar, aparece Gabriela, que como siempre parece salida de una revista y se sienta con nosotros.

—Hola chicos, ¿cómo están?

—Bien ¿y tú? — le respondo.

—Bien. Nina, ¿Cómo te va por allá arriba?

Difícil de decir.

—Pues sigo aquí, así que supongo que bien.

—Tengo entradas vip para la inauguración de la discoteca el viernes que viene. Vienen varias de las chicas, es la ocasión perfecta para que la conozcas y para que celebremos tus primeras semanas.

¿discoteca? Hace años que no voy a una. No es realmente mi escenario. Es muy amable de su parte incluirme en sus planes, pero conociéndome, no creo que vaya.

—No solo las chicas, yo también voy. Tienes que venir con nosotros — Me dice Andrés que me mira con una sonrisa.

Bien, como si no hubiera suficiente presión.

—Claro que si. No acepto un no por respuesta, Nina.

—Veamos que pasa de aquí al viernes Gabi.

—Eso es mejor que un no. Oye, sé que la comida no es muy buena pero no has comido casi nada.

¿Pero que le pasa a la gente que está pendiente de lo que como o dejo de comer? No tengo mucha hambre y tiene razón, la comida no es muy buena así que eso tampoco ayuda.

—No tengo mucha hambre. Tengo que subir antes que me encadenen de verdad al escritorio. Hasta luego chicos.

Boto el resto de la comida, dejando la bandeja encima de la papelera. Ya en mi escritorio le aviso al jefe que ya llegué y me dice que siga con lo que me ordeno temprano.