No me dejes caer; Escondida.

Capitulo 19

Sorry por el spoiler del gif pero no lo pude evitar jajajaja ademas, asi leen el cap completo que ademas esta larguito! espero sus comentarios y sus votos. si son buenos prometo actualizar la siguiente rapido :) 

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El lunes cuando llegó al trabajo, estoy un poco más nerviosa de lo usual. No puedo evitar preguntarme si será incomodo después de lo que paso.

Me llevo la sorpresa de que él ya está en la oficina. Está parado en la puerta de su oficina hablando con dos hombres que llevan uniforme de la empresa. Cuando ellos se van, entro a su oficina. hay unos tableros grandes con unos planos encima y unas pantallas que no estaban antes.

—Buenos días.

—Hola. El viernes no discutimos mi agenda. Necesito que canceles las dos reuniones que tenía hoy.

Está ocupado mirando los planos así que ni me mira. Y así, me quedo relativamente tranquila. Aparte del hecho de que ahora me tutea, todo vuelve a la normalidad. El, mi pesado jefe y yo su secretaria.

—Enseguida, ¿Qué más?

—Este es el proyecto que tengo que presentar en la reunión de mañana, el que no estaba listo. Lo voy a terminar yo. Así que, probablemente, hoy necesito que te quedes hasta más tarde y me ayudes con esto. Mi café por favor.

Tratando de no pensar en el pinchazo de desilusión que siento, le entrego el café y me pongo a trabajar.

Pasan las horas y no le veo la cara. El jefe de recursos humanos estuvo en su oficina, escuche unos gritos y algo de unos despidos.

Como sé que está saturado de trabajo puesto que no ha tomado ninguna de las llamadas que ha recibido hoy, no me tomo mi hora de almuerzo.

Suena el intercomunicador, es el.

—Entra a mi oficina.

No sé cómo hace, de verdad. Para el realmente es como nada paso, cuando yo aún estoy avergonzada por el hecho de que me vio llorar.

Entro a su oficina, lo encuentro ofuscado entre los planos y papeles. No tiene ni la chaqueta ni la corbata puesta. Esta despeinado y por cómo va de un papel a otro, puedo ver que está realmente estresado con este proyecto.

—¿Qué necesita?

—Necesito que vayas escribiendo en el informe que está abierto en mi computadora todos los datos que te voy dando— ¿quiere que me siente en su escritorio? ¿En su silla? Es raro. Él se da cuenta que no me muevo y se voltea hacia mi—. Vamos Nina, no tengo tiempo para perder. Siéntate y comienza a escribir.

Al final doy la vuelta y me siento en su silla. Pasa una hora, en la que borro la mitad de lo que escribo por lo menos diez veces.

—¡Joder! — grita. Se para de un solo golpe y veo cómo va al mini bar y se sirve un trago de whiskey. Se voltea y me ofrece uno.

—¿Quieres?

Bien, no recuerda que le dije que estaba sobria.

—No, gracias.

—Mierda, verdad que no bebes. Lo siento, no me acordaba. Si te molesto...

Siento la tensión en el ambiente y como la situación se torna un poco tensa. Veo en su cara arrepentimiento y preocupación y me siento mal por él, no es su culpa.

—No se preocupe, no me molesta— Y es la verdad, siempre y cuando no se emborrache otra vez, no me molesta.

—¿Segura?