Capitulo 25

4.3K 422 38
                                    

Seee que debia actualizar el martes pero se me complico y no pude. LO SIENTOO. Pero por eso les traigo la tercera parte, mas larga que los otros dos y mas interesante. 

ESPERO SUS COMENTARIOS Y VOTOS POR FIS, recuerden que eso siempre ayudar a motivar y lo agradezco mucho <3 

ahora a leer :)

--

Es un beso suave, se podría decir incluso que tierno. Con una mano me agarra firme el cuello y la otra, no se en que momento, la puso en mi cintura. Su lengua abre paso, buscando la mía y yo le dejo. Siento un revoloteo en el estómago, que nunca había sentido antes. Intento disfrutar, pero no le dejo de dar vueltas a la cabeza. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería poner mis manos en su cuello?

Al final no importa mucho, porque el me da un leve mordisquito en el labio que me hace soltar un gemido involuntario, que parece que lo trae de vuelta a la realidad y se aleja de mí.

—Mierda, Nina, esto no está bien— Pone los brazos en sus rodillas y se sostiene la cara con las manos.

—Lo siento.

Otra vez suelto mis palabras preferidas. No se que mas decirle porque otra vez, me siento avergonzada y para que mentir, un poco humillada también. No es un buen síntoma que un hombre justo después de besarte te diga que es un error.

—¡Mierda! ¿puedes dejar de disculparte por todo?

Ahora su voz es dura y no puedo con su descaro de estar molesto, pero ciertamente, es todo lo que puedo soportar. A fin de cuenta, el tiene razón, no tengo porque disculparme de nada, fue el quien, otra vez, me beso.

—¿Qué quieres que haga? ¿¡Que me ofenda!? ¿¡Que te insulte!? — subo la voz y me levanto del mueble, ahora molesta— Porque ciertamente, no basta con que mi jefe me bese dos veces, si no que enseguida me dice que esta mal. La verdad es bastante humillante y no esta para nada bien.

El me imita y se levanta, visiblemente molesto. Estamos frente a frente y se puede sentir ahora la tensión en la habitación.

—Esta vez si sabias que te iba a besar ¡lo estabas deseando! — Trato de no dejar que el hecho de que sabe que quería que me besara me afecte.

—¡Pero no soy yo la que dijo que esta mal!

—¿No puedes ver lo jodido de esta situación? No solo porque soy tu puto jefe, si no que hoy tuviste un ataque de pánico. No estas bien, no es el momento para que esto pase. ¡Estas vulnerable! ¡No puedo aprovecharme de esta situación!

Se pasa las manos por el cabello, exasperado. Se que, hasta cierto punto, tiene razón, pero llegados a este nivel, no quiero admitirlo.

—Me puedo cuidar bien sola, no necesito que te preocupes de si estoy vulnerable o no.

—Permíteme que lo dude — suelta de manera envenenada—. Tu misma me dijiste que si yo no hubiese estado, te hubieses desmayado.

Es un pequeño golpe bajo, pero es verdad, yo misma lo admití. Aun así, me rehusó a darle la razón.

—De todas maneras, eso no explica porque me besaste— me defiendo.

—Tampoco explica porque me correspondiste el beso— se cruza de brazos y nos quedamos así, retándonos con la mirada.

—¡Porque quise! —Le grito, sobrepasada ya por la situación.

—¡Pues yo también te besé porque quise! —Sigue gritando y cada vez nos acercamos más, pero aun enfrentados.

No me dejes caer; Escondida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora