Trouble {Justin Bieber}

Capítulo XXI: Débil ante ti

Narra Justin

Gruñí entre dientes al sentir movimientos a mi lado y abrí los ojos pesadamente encontrándome con una recién levantada _____. Fruncí el ceño al ver la hora y bostecé. ¿Que hacía despierta tan temprano? Apenas eran las seis de la mañana.

- ¿Estas bien?- pregunté confundido y está asintió poniéndose de pie recogiéndose el cabello. Tragué saliva al verla con mi camisa de dormir. Apenas le cubría algo por su abultado vientre pero podía ver perfectamente su ropa interior y eso no era buena idea. Joder, tenía una maldita erreción mañanera. —¿A donde vas?—pregunté al verla caminar al baño.

—Al baño—respondió secamente antes de encerrarse en el baño dando un portazo. ¿Que mierda le pasaba? ¿Acaso seguía molesta por lo de ayer? Suspire pasándome las manos por el rostro; estaba seguro que era eso. Se muy bien que ella moría por preguntarme y que habláramos de su bebé, pero yo aun no estaba listo. A pesar de que habíamos vuelto y yo había ido a la cita, no quería decir que estaba bien con la situación. Nada más de sentir su abultado vientre o verla hablar del bebé me hacía sentir incómodo y molestia porque sentía que era una barrera entre nosotros y tal vez lo era. Después de todo ella iba a tener un bebé con el maldito hijo de puta de su ex y yo era un maldito narco. Todo sería más fácil si simplemente ese bebé no existiera. Mierda, el simple hecho de pensarlo y desearlo me hacía sentir un maldito miserable egoísta, pero no podía evitarlo. Realmente todo sería más fácil si ella no estuviera embarazada o no nos hubiéramos conocido. Si no la hubiera visto aquella tarde caminando sola y no la hubiera obligado a venirse conmigo para que curara a Chaz, todo estaría perfecto. Yo no estaría sintiendo cosas por ella y seguiría siendo el mismo idiota de siempre. Pero ya era demasiado tarde; estaba colado por ella hasta los huesos. Es por eso que no podía decirle como realmente me sentía respecto a su bebé. Temia que si lo hacía la lastimaría y lo menos que quiero es hacerle daño. Pero tampoco podía mentirle y fingir que estaba todo bien, que quería ser papá y jugaríamos a la familia feliz. Eso sería muy cruel de mi parte. Además de que se que se estaba enamorando de mi, más de lo que ya lo hacía y no la culpaba. Yo también me sentía así; en todo lo que podía pensar era en ella. ¡Joder, que cada segundo de mi vida ella está presente! Pienso en su sonrisa, en cómo frunce el ceño cuando está concentrada o como hace pucheros para obtener lo que quería. Como se preocupaba por los demás y siempre estaba dispuesta a ayudar o cómo sonríe cuando ve a niños jugar alrededor. Y ni hablar de lo rico que son sus besos; podíamos jugar a quien besaba mejor y nunca me cansaría de ella porque la manera de besar era única. Y como su cuerpo reaccionaba ante mi toque era mi perdición; ver como sus pezones se erectaban ante mi toque y como su cuerpo se removía involuntariamente cuando nos rozábamos. Joder, que es perfecta y soy un maldito afortunado por tenerla. Así que temía hacerle daño y perderla; me muero si la pierdo. En tan poco tiempo se volvió alguien esencial e importante en mi vida; ¡Era la chica que quería!

- ¿A dónde vas?-le pregunte al verla salir del baño completamente vestida.

-Matt viene por mi-dijo sentándose en la cama poniéndose sus botines. Apreté la mandíbula al escuchar el nombre de ese imbécil. ¿Para que lo llamo? ¿Por qué a él? ¿Es que no sabe que me enoja escuchar el nombre de ese imbécil? Ya bastante tuve con su ayuda, no quiero más de ese imbécil.

- ¿Para que?-pregunte molesto y esta me miro con el ceño fruncido.

-Porque tengo que ir a la universidad-dijo confundida-Es lunes Justin-dijo y bufe. Se me había olvidado eso.

- ¿Quieres que te lleve?-le pregunte poniéndome de pie caminando al baño.

-No es necesario, ya Matt viene por ahí-dijo y bufe saliendo del baño. ¿Por qué mierda tenía que llamar a ese imbécil? ¿Acaso no soy yo su novio? ¡Mierda!