El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||

Capítulo 2: En tus brazos

Lamento la demora.  Pero a cambio si llega a cinco votos, prometo actualizar de inmediato.  Votos y comentarios, por favor.  Os quiero.

La tienda de dulces resultaba irresistiblemente atractiva incluso para un adulto.  Boun intentó no perderse con los aromas de la zona de bollos y pasteles, y siguió a su hijo hasta la zona de dulces como regalices, pasando por una zona de helados.

El joven interior que el adulto prematuro de Boun reprimía comenzó a brincar de emoción.

Nang ya estaba señalando unas gominolas con forma de animales.

-Creo que es mejor que comamos algo más consistente.  Es tarde.  Estamos empezando algo importante y puedo permitirte un capricho especial.  Vayamos a la zona de pasteles.

Prem estaba abrumado.  La tienda de dulces había parecido una idea maravillosa, y cuando empezó a vender y pudo alquilar el local anexo para incluir pastelería todo fue mejor.

Entonces su socio decidió irse.  Prem se sentía culpable porque el otro chico le había propuesto muchas veces ser amantes.

"Entre omegas es normal.  Es un desperdicio que un chico como tú no comparta su belleza".

Por desgracia para el, Prem era un omega emprendedor, independiente, pero un romántico incurable.  Ni siquiera pasar la barrera de los veinte años le animó a perder la virginidad con otro omega.

Por mucho que sus amigos le dijeran que lo único que tenía que evitar era el sexo anal si quería llegar virgen, que todo lo demás no lo notaría él o la alfa.

Prem siempre había soñado que allí afuera había un alfa predeterminado para el, un chico para ser exactos, y aparecía en cualquier momento, y entonces le entregaría lo más preciado que un omega podía entregar.

Si sus amigos le escuchaban pronunciar eso en voz alta se reirían y le acusarían de tener un pensamiento anticuado.

-Que les den.  Tengo derecho a llevar mi vida sexual como me de la gana. -pensó subido en la precaria escalera metálica colocando cajas de caramelo líquido en lo alto del estante.

-Disculpe -una voz interrumpió sus pensamientos.  Los interrumpió con una fuerza inusitada, como un disparo directo al cerebro.

Giro el cuello y perdió el equilibrio.  La escalera se plegó y se preparó para el golpe pero alguien le sostuvo antes de llegar al suelo.

Levantó la mirada.

Y todo cambió.

No sabría decir en qué modo.  Nunca había sentido nada semejante ni lo volvería a sentir.  Le habían hablado mucho de lo que se sentía al conocer a tu alma gemela, a tu alfa, pero eso era algo como el dolor o el orgasmo.  Solo puedes entenderlo cuando lo sientes.

Era hermoso.  El sentimiento.  Y el alfa.

-Mi hijo y yo querríamos una merienda.

El mundo de Prem se derrumbó.

Al fin aparecía su alma gemela, pero decía venir con su hijo.  Alguien le había robado a su alma gemela.