Capítulo 71: Efecto mariposa

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Prem estaba esperando en la cama.  Nang se había dormido a su lado, satisfecho porque la cena había sido de su gusto.

Boun llevaba un rato hablando por teléfono.  Al fin entró en el cuarto y miró el reloj junto a la cama.

-Prem, es tardísimo... lo siento mucho.

-No importa.  Quería esperarte despierto.

Boun tomó en brazos a Nang y lo sacó de la cama.  Volvió del cuarto del niño.

-¿Qué miras? -preguntó con curiosidad al ver el ordenador de Prem abierto.

-Cunas.  Las semanas pasan, Boun.  Tenemos que empezar a mirar esas cosas.

-Tienes razón -Boun le besó en el cuello. Prem se apartó con una sonrisa.

-Es muy tarde.

-He tenido un día muy duro.  Necesito mimos de mi omega.  Se que he sido negligente en ir preparando el cuarto de los bebés, pero son tantas cosas...

-Por eso tienes suerte -Prem sonrió ampliamente mientras Boun le besaba despacio la nuca y el cuello, tocando su marca con la lengua.  Prem jadeó al notar el placer -tienes un omega muy diligente que te está ayudando a organizar todo, la boda y los bebés.

-Si que la tengo -Boun ignoró la hora y se puso con cuidado sobre Prem, apoyando el peso sobre sus rodillas.  Empezó a desabotonarle la ropa.

Prem apartó el ordenador, consciente de que no podía resistirse a Boun cuando se ponía así.

-Hay algo que a lo mejor no sabes de los alfas, los omegas y las hormonas.  Supongo que lo confundiste con las ganas que nos tenemos, pero que hubiera ese aroma a sexo cuando llegamos influye mucho para despertar la libido, especialmente en los alfas.  Por eso el amigo de mi padre y mi padre tenían tanta prisa por irse, no solo por la vergüenza.

-Pues lo has disimulado muy bien.

-Años de prácticas de contención. 

-Mmmm... yo tenía ganas pero no sabía que tú tenías tantas.

Prem no podía sonreír más ampliamente.  El miembro duro y palpitante de Boun se apretaba contra su muslo, solo contenido por la tela leve de unos bóxers.  Besó a su alfa.  Era maravilloso olvidar ese día de locos, y más cuando estaban así de entregados...

-¿No te hago daño, verdad? -preguntó Boun. 

-No, apenas me rozas el vientre con tu abdomen. En la próxima consulta le comentaré al doctor que tienes miedo y qué posturas nos aconseja...

-Es que ahora que empieza a notarse...

Prem le movió el cuello y le besó intensamente.  Ahora que él también estaba en llamas no iba a permitirle que sus pensamientos se derivaran a algo tierno...

Boun volvió a concentrarse.  Le movió las caderas y buscó su entrada.  Le metió un dedo, y notó con satisfacción que estaba muy lubricado.

-Mmmmm... de verdad no sabes lo que me ha costado controlarme.  Y todas esas llamadas.  De trabajo, a mi hermano, a mi padre... estaba tan harto y solo tenía ganas de follarte.

-Pues hazlo.  Ya.

Boun se dispuso a entrar en él.  Estaba dentro. Prem gimió luchando por no correrse.  El embarazo le había hecho muy sensible en ese tema y Boun solía bromear con él...

-¿Por qué has parado?

Boun estaba dentro a medias.  Se había incorporado más para no rozarle y Prem notó con frustración como el pene se deslizaba fuera de él.

-¿No lo has notado?

-¿El qué?

-Se han movido.  Lo noté cuando teníamos los vientres pegados.  Un movimiento muy leve que no hubiera notado de no estar tan cerca...

Prem le hizo una señal para que se callara y puso la palma de la mano sobre su vientre.  Y entonces lo noto.  Como si unas pequeñas mariposas hubieran anidado en su útero y movieran levemente sus alas.

Sonrió.  Boun colocó la mano,  pero no podía sentirlo.  Prem se rio porque él aún podía notarlo, muy leve.

-Es más pronto de lo que dijo el doctor.  Serán grandes como tu, supongo.  Me dijo que en el primer embarazo no era fácil distinguirlo.

-Probablemente era porque estamos... sensibles.

Prem se mordió el labio y acercó a Boun a él.

-Se han dormido...

Boun se apartó.

-A lo mejor les estábamos molestando.

-No les molesta que me mueva e incluso me han recomendado gimnasia prenatal.

-Pues a lo mejor les ha molestado justamente que metiera mi polla tan cerca de ellos. 

-¡No estabas dentro!

-Mañana iremos al médico, pero no vamos a hacerlo si no sabemos que es seguro.

-Boun, no me vas a dejar así.

-Puedo ayudarte de otras maneras... -Boun alargó la mano hacia el miembro de Prem pero éste le apartó.  Con un empujón donde acercó justamente en el sitio que más dolía.

-¡Prem!

-Ya no quiero nada más.  Voy a dormir.  Y tú también.  Es tarde.

No sabía bien qué le había conducido precisamente allí.  Pero ahora que Boun le había dicho que iba a la cama y Mark que Gun estaba bien, había acabado estacionando el coche justamente allí.

Entró en el portal, que necesitaba un buen fregado.  Subió al primer piso y buscó la habitación que le habían dicho.

Cuando se abrió, olía a frescor, polvos talco y a persona que no pertenecía a ese lugar.

-¿Qué haces aquí...?

-No lo se.  Nunca me había sentido así. -Jin, el formal señor Noppanut, se sentía más débil que nunca - pero no podía dejar de pensar en ti.  Desde que nos vimos esta última vez, es como si hubiese tenido un velo..

-Ésto está mal.  He cubierto ya mi cupo de errores en la vida.

-Yo tengo la hoja en blanco.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora