Boun es un alfa muy atípico. Padre soltero y un hombre de mucho carácter.
Prem es un omega que sueña que algún día conocerá a un alfa que sea el hombre de su vida.
La tienda de dulces que ha decidido abrir le traerá a alguien muy especial. Boun...
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Ahora... gracias por hacer esto, recuperar la ilusión por escribir y compartir mis ideas es muy importante para mí.
Se que debería haber actualizado ayer, tuve tiempo pero culpad a Love mechanics y Ru Paul Drag Race All Stars, que fueron lo que llevo mi atención ayer por la tarde-noche😂😂
Si queréis dedicatoria, opinar, dar una idea, comentad lo que queráis. Y en mi Twitter estoy abierta a ser amiga de todo el mundo, @evencursed.
No pido número de votos. Disfrutad...
Boun suspiró cerrando el maletín dispuesto a irse a casa. Al fin. Ese día había trabajado hasta tarde para poder finiquitar todo lo pendiente. Con su paso hacia la respetabilidad, asimilar trabajar para la empresa familiar era lo más lógico.
Su pequeña rebeldía hacia su familia era hora de ser reemplazada por la madurez. Por él y por su ya pequeña familia.
Mientras conducía a casa el teléfono empezó a vibrar. Se echo a un lado de la carretera. Era tarde y era probable que fuese Prem.
Cuando lo vio leyó número oculto. No solía contestar ese tipo de llamadas. Pero lo hizo, intrigado por la hora.
-¿Te acuerdas de mí? No has venido a ninguna reunión de antiguos alumnos.
Boun cortó la llamada y arrojó el teléfono.
Todo había quedado bien atado. Los abogados de su padre se habían encargado.
Llamo a su padre.
-¿Boun? Nunca llamas y son casi las once de la noche.
-Me ha llamado. Ni siquiera sé de donde ha sacado el número.
Silencio durante unos segundos.
-Boun... se que yo no he sido el mejor padre del mundo. Y que he sido duro contigo. Pero te quiero, de verdad. Quise mucho a tu madre y cuando murió no pude evitar el error de alejarte para no verla en ti. Si alguien trata de dañarte, a ti o a la familia que estás construyendo, haré lo que sea.
-¿No puedo perder la custodia de Nang, verdad?
-No, tengo a buen recaudo dos copias certificadas ante notario de su renuncia al bebé.
-Entonces no creo que...
-Boun, está la opinión pública. Ahora que has vuelto del anonimato, el padre biológico de Nang tiene un as en la manga: atacar tu reputación.
-No quiero que nada amargue a Prem los preparativos. Ya está muy estresado.
-Lo se. Se que crees que no os cuido, pero siempre se que estáis bien y si hay algún problema. La madre de Prem dice que está muy sensible y con algo de ansiedad.
-Es un omega muy tradicional en el amor y quiere que la boda sea perfecta.
-No tan tradicional -se rio su padre - dormís juntos.
Boun se rio levemente.
-Papá...
-Ve a casa con Prem y Nang. Haré todo lo que pueda. Comprobaré los documentos que firmo. Y te avisaré si pasa algo.
Boun estacionó en el parking y suspiró. Necesitaría un poco de tiempo y unas copas pero ya pasaban de las once y su prometido estaba solo en casa con su hijo.
Cuando abrió la puerta de casa, se encontró con una estampa que le hizo sonreír.
En la televisión, un fundido a negro repetía un mensaje de Netflix preguntando si aún había alguien viendo lo que fuese. Prem dormía sentado en el sofá con Nang en su regazo. La cena de Boun estaba sobre la mesa, cubierto para no enfriarse.
Olvidó la mano helada del pasado que le había intentando agarrar minutos antes. Se acercó y apagó el televisor.
Quito a Nang del regazo de Prem. Estaba en pijama y olía a jabón y colonia infantil.
Le llevo a su cuarto y cuando salió casi grita. No estaban solos.
-¿Por qué me miras así? ¿No tengo permiso para venir a tu casa? No volveré...
-No es eso, Gun. No me avisaste.
-No se me ocurrió. Tenía que estudiar y había ruido en mi dormitorio contiguo. Además, Prem cocina muy bien y me gustó tener una charla de omegas.
-Está bien, ve y sigue estudiando. Voy a llevar a Prem a la cama.
Boun gruñó para sus adentros. Su hermano apenas acababa de llegar a la ciudad y era un chico sobreprotegido al que no conocía demasiado como debería, pero juraría que era virgen.
Y ese momento su cuerpo ansiaba notar la piel de Prem contra él, la dulzura picante de su olor.
Se lo llevo al cuarto y cuando protestó, le dio un beso en la sien.
-Descansa.
-He ido a probar el traje...
-Mañana me lo enseñas. Vamos a dormir. Gun está estudiando.
-Me dijo que se iría a su casa -protestó Prem, pegándose más a él.
-Pues está en el cuarto de invitados.
Prem apretó los labios. Lucho entre su libido y su parte racional y al final claudicó acurrucándose contra el regazo de Boun.
Se durmió.
Boun tardo horas en hacerlo, en un insomnio angustioso por la posibilidad de que Nang o Prem salieran dañados.
