Capítulo 80: Final

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No lo puedo creer.
Ha llegado el momento.  Pero no nos despedimos de esta familia. Estad atentos porque habrá más.
Muchas gracias por acompañarme en este viaje.

En la vida, nada sale como parece.

Prem solo quería abrir una tienda de dulces y vivir emancipado de sus padres mientras soñaba despierto con un alfa atractivo y que le amase.  Boun solo buscaba rehacer su vida lejos de escándalos y una familia rota, con la única intención de vivir con su hijo como una familia.

Entrar en una tienda de golosinas les había precipitado a ambos a un amor que ninguno había podido prever.  La velocidad a la que había sucedido todo era de vértigo. Ni siquiera había pasado un año.  Faltaba un día para que se cumpliera un año desde el día en que Boun había entrado en esa tienda de dulces.

Y se había llevado el caramelo más sabroso.

La boda había sido imposible.  Los médicos habían aconsejado a Prem relajación y descanso dado todo lo ocurrido.  Como estaban casados legalmente, una fiesta podía posponerse.  Al menos la dueña de la tienda había recogido el traje y les había ofrecido cambiarlo por uno de tallaje adecuado llegado el momento.

Prem volvió a casa, pero básicamente se pasaba el día en la cama o si caminaba por la casa, un montón de ojos, incluida una cámara, le vigilaba.  Quedaban pocas semanas y el consejo era reposo.

Boun no trabajaba en esos momentos pero tenía muchas cosas que arreglar, relacionado con su secuestro y con otras gestiones.  Mark y Gun seguían viviendo en casa y Prem les miraba con odio cada vez que salían de su cuarto y era obvio que habían hecho el amor.  El médico había desaconsejado el sexo porque podía producir un aceleramiento del parto y echaba de menos el contacto físico con su alfa.

El padre de Boun se había ido a vivir a su apartamento, y Talay y el bebé de éste con el.  En cuanto estuviera mejor tenía que sonsacar a ambos como había sucedido todo.

De momento no habían ido a visitarle juntos, el padre de Boun si iba pero Talay mantenía una distancia temerosa.  Prem se encontraba echando de menos conversar con alguien que ya había dado a luz.

Esa recta final pasó lenta, pero aún así le tomó por sorpresa.  Estaba dormido y algo le despertó.  Su primer pensamiento fue que se había hecho pis, pero entonces un pinchazo muy fuerte le atravesó desde su útero hasta su conducto de parto.

Habían programado una cesárea en dos dias, pero los bebés no le habían dejado tranquilo ni en eso. 

En minutos Boun estaba coordinando su ingreso por urgencias, su médico iba camino de la clínica y el coche en el que iba intentando recordar como debía respirar pero sintiendo que su cuerpo se partía en dos cada unos cuantos minutos no le dejaba.

-Seis minutos entre contracciones.  Está siendo muy rápido -dijo Mark desde el asiento trasero.

-Véte a la mierda.  No necesito un minutaje para saber que esto va más rápido de lo normal.

-Papá Prem ha dicho mierda -dijo Nang desde su sillita.

-Porque le duele mucho.  Tus hermanos van a nacer y eso duele.

El niño asintió como si realmente comprendiera.

Entraron en el hospital y el médico apenas tardó cinco minutos en tomar una decisión.

-No da tiempo a poner monitores.  Además se ha roto al menos una de las bolsas.  Está dilatando y uno de los niños empuja.  Hay que practicar la cesárea ya. 

Prem suspiró.  Le dijeron que no le dormirían por completo, pero cuando las drogas entraron en su sangre y aliviaron el dolor bendijo al médico.  Y volvió la cara a Boun.

-Ha llegado el momento.

Boun ya llevaba puesto un traje de quirófano.  Le sostuvo la mano y fueron directos a la sala de partos.  En su tránsito pudo ver a su suegro y a Talay, y a Nang mirándolo preocupado.

-¿Mis padres?

-Vendrán mañana.  Eran las tres de la madrugada cuando rompiste aguas.

Prem asintió.  No importaba.  Tenía a mucha gente que le quería y le apoyaba incondicionalmente a su alrededor.

Fue como le habían explicado.  Rápido, sin dolor.  Las cosas no eran como los cuentos que les decían a Lis omegas machos para que no fuesen con alfas.  Nadie le obligó a dar a luz por el conducto de parto, algo mucho más complicado y doloroso que en las omegas mujeres, y que solía dejar secuelas.

Sacaron primero a un niño, el que había empezado a empujar.  Era pequeño, cubierto de pelo negro y empezó a llorar con rabia.  Boun le dijo que era un niño y había salido a su padre omega.

Tuvieron que romper la otra bolsa y cuando sacaron al bebé, éste estaba tranquilo y como sorprendido, aunque le dijeran a Prem que era imposible.  Era una niña.  Al fin lloró y Prem supo que todo había ido bien.  Boun cortó los cordones umbilicales y dejaron que los bebés descansaran en su pecho mientras buscaban el calor.

-Es... no puedo creer que haya llegado el día.

Boun le sonrió.

Los médicos le limpiaron, sacaron las placentas, suturaron y luego le pusieron una vía con un calmante más potente.  Una enfermera dejó a los bebés en una cuna doble.

-Estarán a su lado cuando despierte.

Prem asintió.

-Yo también.  Y probablemente todos los demás.

-Tengo sueño.

-Descansa.

-Boun... ¿puedes prometerme algo?

-Lo que quieras.

-En cuanto me recupere, nos casamos.

La risa de Boun fue lo último que escuchó antes de cerrar los ojos y sumirse en la inconsciencia.

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El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora