Capítulo 26: El anillo

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Hoy me siento generosa.
Diez votos, porfa...

Al principio Prem se sintió un poco avergonzado. Había pensado que devolver a Boun la invitación y que cenara en su casa era buena, hasta que vio a Boun y Nang ocupando casi todo el espacio del minúsculo apartamento que tenía Prem sobre la tienda.

Era un departamento realmente pequeño, pero más que suficiente para él. Era todo un único espacio, con una pequeña cocina y una barra, sin mesa ni sillas, que daba a la sala donde tenía una televisión y un futón donde dormía. Completaba su universo particular un pequeño cuarto de baño.

Y aún así, para él había sido el paraíso de la independencia, cuando llegó a Bangkok.

Boun notó que estaba un poco azorado y se sentó junto a él en el futón mientras Nang jugaba con un camión de plástico por la alfombra. Prem aspiró sus feromonas y sonrió.

-Está muy bien para un soltero.

-Sí.

-Y estará bien si un día me escapo del trabajo mientras Nang está en la guardería y probamos cómo de cómodo es el futón.

Prem se rió. Boun le miró fijamente.

-Supongo que para ti es más cómodo por tener la tienda debajo, pero en mi casa hay espacio suficiente para que vivas conmigo.

Prem notó que el corazón le daba un vuelco. Incluso tuvo la impresión de que se detenía por unos segundos. Luego balbuceó.

-Me encantaría, pero...

-Sabía que ibas a contestar eso. Eres tradicional -Boun estaba medio tumbado, recostado sobre su lado derecho. Prem estaba con las piernas cruzadas y algo nervioso.

Notó como Boun se movía y como si fuera lo más casual del mundo, se sacaba una pequeña caja de terciopelo. Apoyó la cabeza en las rodillas de Boun y levantó las manos.

Prem abrió la boca. Boun seguía sonriendo. Abrió la caja. Sobre un terciopelo rojo descansaba un anillo de oro amarillo y blanco trenzado. Masculino, pero romántico y elegante.

-Por cierto, el otro día te tome la medida mientras dormías. La del dedo...

Boun enrojeció y le dio un golpe cariñoso. Prem movió la cabeza, mirándolo con curiosidad.

-Es una propuesta formal. Cásate conmigo.

-Sí.

Boun sonrió y Prem soltó una risa. Ambos sabían que eso era un mero formalismo porque ya se habían unido cuando hicieron el amor y se enlazaron cuando Boun lo marcó. Aún así, la petición de mano solía ser parte de una ceremonia formal y aburrida involucrando a toda la familia de ambos.

Su alfa había sabido exactamente cómo hacer que ese momento no fuese un trámite aburrido, sino algo romántico y maravilloso.

Le dio un beso rápido. Nang se acercó a ellos.

-¡Lo sabía! Le dije a Mink, otro niño, que mi padre tenía novio y me dijo que si no se besaban no era verdad.

-Nang, no deberías hacer caso a los otros niños.

Nang se sentó junto a ellos.

-Entonces otro niño dijo que como que mi papá no estaba casado y se rieron de mi, hasta que la profesora les regañó.

Prem miró a Boun preocupado.

-Tranquilo. Hablaré con tu profesora.

Prem se colocó el anillo, acarició la cara de Boun y el pelo de Nang. Se puso de pie.

-Voy a llamar y pedir algo para comer.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora