Capítulo 51: En el cuarto de al lado

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-Ya se ha ido.  Y ha cerrado la puerta de su cuarto con cerradura.

Gun trató de fingir que no entendía el sentido implícito en estas últimas palabras.

-Bien.  Ya me has entretenido demasiado.  Deberíamos dormir.

-Estoy seguro de que duermes tus ocho horas todos los días. 

-¿Y qué?

Mark  se deslizó hacia el centro de la cama y empujó a Gun contra el, de lado, como estaban antes de oír abrirse el cuarto principal.

-Nada.  Me gusta que seas tan disciplinado y formal.  -le acarició el hombro -ya lograre que te sueltes un poco.

Gun no respondió.  Habían pasado todo aquel tiempo hablando de sus familias, de su vida, de tonterías.  El ambiente era relajado y Gun notaba sus músculos mucho menos tensos, pero no tenía sueño.  Bueno, si lo tenía pero estaba muy a gusto y no quería dormirse.  Mark  le sonrió.

-Te estás quedando dormido.

Gun hizo un puchero.

-¿Qué pasa?

-Llevamos horas hablando, acostados juntos y.... ¿no me vas a besar?

-¿Eso es lo que quieres?

Gun miró al techo .

-El otro día no me preguntaste.  Solo lo hicis...

La respuesta de Mark llegó en forma de acción.  Le sostuvo la mandíbula y lo giró hacia él.  Y le besó.  Primero suave y luego más profundo.

Gun se apartó para tomar aire.  De repente hacia mucho calor.

El silencio se vio interrumpido por unos ruidos inconfundibles que venían del otro cuarto.  Ahogados y disimulados, pero aún así llegaron algunos suspiros de placer.

Mark parecía nervioso.  Gun también, pero más.  El ambiente estaba denso y enrarecido.  Pero para bien.  O eso creía. No lo tenía claro.  Solo sabía que desde hacía días algo dentro de él se estaba despertando y no conocía la sensación.  Pero no quería detenerla.  Y en ese momento ese algo rugía dentro de él.  Su olfato percibió un aroma picante y dulce y se olió a sí mismo.  Era diferente, pero similar.

Diferente a todo lo que hubiese sentido primero.  Noto a Mark acercándose y aspirando su aroma.  También notó algo despertando en su entrepierna, algo que le puso más nervioso.

-Cálmate -Mark le besó de nuevo, con suavidad y pulsando una zona en su cuello.  Lo masajeó.  Era placentero, pero de una manera más calmada, menos arrolladora.

-Ésto...

-Ésto que está pasando no es un juego.  Y no te voy a mentir y decir que nunca he jugado, pero esto nos supera.  Es más fuerte y más antiguo que nosotros.  Es inevitable.

Gun trató de girarse hacia el.  No sabía lo que quería pero sí que lo quería mucho.

-Calma -dijo Mark usando la voz de alfa y acariciando más esa zona en su cuello -vas a tener lo que deseas, te voy a dar todo lo que deseas, pondré a tus pies el mundo pero esta noche no podemos.

-Pero quiero.

-Y yo.  Pero no voy a hacerlo en la cama de invitados de la casa de tu hermano la primera vez.  Primero por respeto.  Y segundo, porque vamos a dejar marcas por todas partes y no quiero que tu hermano me rompa la nariz.

-El nos dijo que durmiéramos juntos.

-Nunca te había cuidado.  Ahora está formando una familia, este piso es su nido, está en una fase en la que se sentirá sumamente protector.  Y aunque apruebe nuestra relación, y aunque apruebe que nos acostemos, porque el mundo ha cambiado, creéme que sus instintos primarios sí entra aquí y te he quitado la virginidad en su cama me llevaré un puñetazo.

Gun asintió, un poco insatisfecho pero conciliador. 

-Vale.  Tienes razón.  Pero, ¿como sabes que soy virgen?

Mark se rio y le abrazó.

-Vamos a dormir. 

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora