Prem abrió los ojos. Había jurado no dormirse pero el sueño le había vencido. Su estómago gruñó pero aunque quisiese comer lo que le daban, vomitaría ante papilla color amarillento. Además temía que pudiesen dragarlo y afectar a los bebés.
Aguzó sus sentidos. Su vello corporal se erizó. Boun estaba más cerca.
Se levantó de la cosa que llamaban cama. No podía arreglarse ni lavarse. No tenía un lavabo ni un espejo. Se olió la ropa e hizo un gesto de repugnancia. Esa no era la manera de recibir a tu alfa.
Iba a golpear la puerta para que le dejaran salir, aunque pensó que eso sería una tontería y solo llamaría la atención y le reforzarían la seguridad.
Frustrado, tiró del picaporte y se quedó unos segundos en blanco. La puerta se había abierto de un tirón. Sin más. No había tenido que hacer fuerza. Casi incluso se había caído por lo inesperado.
De todos los secuestradores inútiles de la historia esos dos eran los peores.
Salió del cuarto convencido de que en cualquier momento alguien saldría a interceptarlo. Pero los cuartos dormitorios estaban cerrados y en la cocina había una señora que no hablaba tailandés, no parecía saber nada del asunto e incluso le dio un bol con comida e hizo una especie de bendición sobre su barriga.
Y de repente estaba fuera de la casa. Dejó el bol con comida en el suelo y se mentalizo para correr hacia la verja de entrada.
Con esa barriga no era fácil, pero cuando llevaba la mitad se dio cuenta de que no había soñado ni una alarma, ni siquiera un pobre cachorro le había salido a ladrar.
Eran idiotas. Como toda esa situación.
Abrió la verja y se encontró con el coche de Boun frenando bruscamente. El alfa salió del coche, acompañado de su padre.
-¡Boun! ¡Era hora! Tengo calor, hambre, sed y estoy sucio.
-¿Qué haces aquí fuera?
Prem estaba demasiado tranquilo. Boun le miraba y tocaba como algo sumamente frágil, consciente de que esa serenidad podía estallar en cualquier momento.
-Me escapaba.
-Yo venía a rescatarte.
-Lo siento mucho.
-¿Sentirlo? ¿Por qué?
-Por ser tan tonto como para dejarme raptar y tan mal omega como para no esperarte.
Boun le abrazó. Empezaron a llegar coches de las fuerzas de seguridad y el padre de Boun salió de la casa.
-Estaban dormidos. Como idiotas. Una señora muy simpática me ha dado gofres.
Boun seguía sosteniendo a Prem. Éste escondía la cara contra su pecho. Poco a poco iba siendo consciente de lo que había pasado y de lo que había podido ocurrir si sus secuestradores hubiesen sido más inteligentes.
-¿Prem está bien?
Su suegro se acercó. Podía notar que había cierta tensión entre él y Boun pero que la mantenían bajo control. Los alfas y su manía de reprimir emociones.
Se llevaron a la pareja detenida, y Prem advirtió de qué le sonaba la cara del hombre.
Iba a decir algo pero hablar le costaba trabajo. Sentía como se quedaba sin fuerzas. Las voces ajenas parecían cada vez más lejanas y distorsionadas.
Boun le sujetó justo antes de que se precipitara contra el suelo. Le mantuvo de pie mientras los sanitarios que también habían acudido se acercaban y lo subían en la camilla.
-Tensión baja. Deshidratación. -dijo uno mientras le colocaba un gotero - probablemente tampoco haya comido.
Boun se fijo entonces en que en esos dos dias Prem había perdido peso en extremidades y rostro. Solo su vientre permanecía hinchado y redondo.
-Lo llevaremos al hospital.
-No puedo -dijo Prem abriendo los ojos y parpadeando, con un hilo de voz - mañana me caso.
-Mi amor, haz caso a los médicos -Boun uso la Voz. Prem asintió.
-Boun...
-¿Qué?
-El hombre que me secuestró... se parece mucho a Gun.
-Ahora descansa.
Uno de los cables que le habían colocado empezó a pitar intermitentemente:
Un enfermero cruzó una mirada con Boun. Había sangre en la sábana de la camilla, bajo las caderas.
Boun siguió a toda velocidad a la ambulancia hacia el hospital. No le importaba que había pasado ni cómo. Le preocupaban Prem y sus bebés.
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El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||
FanfictionBoun es un alfa muy atípico. Padre soltero y un hombre de mucho carácter. Prem es un omega que sueña que algún día conocerá a un alfa que sea el hombre de su vida. La tienda de dulces que ha decidido abrir le traerá a alguien muy especial. Boun...