El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||

Capítulo 38: Fechas y casualidades

Holaaaa!!! Tenía muchas ganas de escribir y aunque hoy tuve un día de trabajo duro, necesitaba sacar de mí las ideas, las letras que forman estas palabras.
Besazos!!!!!

Prem empezó a agobiarse cuando en el Ayuntamiento les empezaron a explicar la lista de espera que había para una unión civil.  Una religiosa era mucho más compleja, por lo que habían decidido casarse primero así y luego preparar con antelación un enlace religioso y clásico.

Pero una boda con sala en el Ayuntamiento y permiso para invitados tenía una lista de seis meses.  Un año, les habían dicho en el templo.

Aunque Prem intentaba actuar como si no importase, porque al fin y al cabo ya estaba marcado y oficialmente prometido, las ideas estrictas sembradas en su mente durante años donde su vida había estado regida por las convenciones y el buen comportamiento social le acosaban como fantasmas recordándole que estaba viviendo en pecado a los ojos de los demás.

-¿Y tu círculo? Tendré que evitar ir a actos y temas familiares hasta la boda.

-Prem, los tiempos ahora han cambiado.  Nadie va a marcarte con una letra escarlata* por vivir conmigo.

Prem guardó silencio.  Ninguno había propuesto ni por un segundo que él omega volviera a su cuarto sobre la tienda.

-Le pediré a mi padre que intente mover hilos.

-Los poderosos y sus contactos...

-Ahora tú también vas a formar parte de esa élite.  Así que intenta no atormentarte con ello y aprovecha lo que te venga bien.

-Nunca te he preguntado... ¿a veces tienes mala conciencia por tu posición?  Porque yo sí.  Me quejo pero luego veo a omegas que se casaron solo por huir de casa y son infelices y miserables y me siento demasiado afortunado.

-Un omega debería tener más permitido solicitar un divorcio.

En teoría, un omega podía hacerlo.  Pero había una pequeña lista muy restrictiva de causas por las que podía solicitarlo.

Prem se cambió de posición en el regazo de Boun mientras éste cambiaba el canal.  En un rapto de atrevimiento le besó la bragueta de los pantalones.  Notó como algo se hinchaba y le daba en la mejilla.

-Nang está despierto... -susurró Boun.

Justo en ese momento el niño apareció dando tumbos.  Boun se levantó.  Preocupado constató que tenía algo de fiebre.

-El doctor dice que es infección de garganta.  ¿Compraste la medicina?

Boun apretó los dientes.  Iba hablando por él manos libres con un templo para intentar adelantar la fecha y pasado de largo la farmacia.

-Iré yo -dijo Prem -me vendrá bien en aire frío.  Traeré el antibiótico y el jarabe para la fiebre.

Se colocó una chaqueta de Boun, algo que le encantaba hacer.  Se dirigiría al establecimiento de veinticuatro horas más cercano y aprovecharía para comprar alguna otra cosa.

Cuando entró en la tienda, le extrañó que allí estuviese Mark.  Estaba lejos del distrito universitario donde estaba su residencia.

Entonces se fijo en su cesta.  Había postales de amor con muchos corazones, una caja de pasteles y otra de bombones y ahora miraba con interés una oferta de una tarjeta que les permitía a sus propietarios una cena para dos en un barco.

-¿Tienes novia?

Mark casi deja caer la cesta.  Miró a su hermano acobardado.

-Me gusta alguien.

-¿Alguien que yo conozca? ¿El hermanastro de Boun?

-¿Cómo...?

-Eres obvio y yo tengo los sentimientos a flor de piel. 

-Vayamos a comer algo.

-No puedo, vengo a comprar medicinas para Nang.

-¿Mañana?  Me gustaría que me aconsejaras.  Nunca he coqueteado tan en serio con alguien...

-Llámame mañana -Prem sonrió.  Metió en la cesta un helado de chocolate y otro de café, y unos pastelitos salados.  Se le antojaron cuando los vio allí tan apetecibles y aún no habían cenado.

Volvió a casa relajado y confiado.

Sin notar que alguien miraba en las sombras.