Capítulo 12: Sobrepasados

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Dos horas antes

-No te he llamado para que me pongas más nervioso.

Prem se miró al espejo y resopló frustrado.  Nada de lo que tenia le sentaba bien. Su armario no tenía nada que él englobara en la categoría "para cita con el alfa de tu vida en un restaurante de lujo".

-Prueba con el traje.

Prem volvió la vista hacia la pantalla del iPad.

-Up, voy a colgarte la llamada si no ayudas.

-Solo lo usaste para la promoción.

-Y cuando fui a pedir el crédito para abrir la tienda.  Está bien, me voy a la ducha. Me desconecto.

-¿Prem?

-¿Sí?

-¿Va a ser hoy? ¿Vas a perder la virginidad con él?

-No.

-¿Seguro?

-No.

-No se.  Puedes usar un poco de perfume supresor.

-Pero eso hará que mi aroma de enlazamiento se camufle.  Y quiero que se sienta atraído por mi.

-Bueno, echa solo unas gotas.  ¿Y tienes píldoras para el celo?

-Para el dolor.

-No, son otras que reducen la potencia. Déjalo.  Tendré que depositar toda mi confianza en que ese alfa sepa lo que hace.

-Claro.  El ya tiene un hijo. No cometería el mismo error.

Up abrió la boca para responderle a su mejor amigo pero se cortó la conexión.

Prem entró en el cuarto de baño.  Suspiró y se desnudó.  Se observó en el espejo.  Se veía bastante bien.  Y Boun no iba a verle desnudo aún.  Probablemente no.  Bueno, de todos modos se rasuraría.  No sabía cómo le gustaba a Boun que se arreglase su omega.

Era duro vivir en un mundo de alfas.

Algunos alfas preferían la naturalidad y otros que toda la piel de su omega fuese suave como la de un bebé.

Definitivamente rasurado.  Pecho incluido.  Se le iba a hacer tarde, pensó mientras buscaba una crema que disimulaba que su cuerpo estaba revuelto y en fase previa al celo.

Con lo odioso que era el celo, solo hacía dos semanas que lo había pasado, y tenía que cerrar la tienda.  No era justo que su cuerpo reaccionase así.  Los alfas no sufrían tanto.

Se metió en la ducha y dejo que el agua le relajara.  Boun sabría cómo comportarse y llevarlo todo. 

Dos horas después

Boun parecía extrañamente tímido.  La emoción de Prem ante la idea de que el alfa se encargase de todo no parecía tan realista.  En el coche se respiraban nervios y no solo eso.

Se respiraba... sexualidad.

Prem formó esa palabra en su mente y al momento fue consciente de que era eso lo que flotaba entre nervios, miradas y risas y silencios que rompían a la vez.  Por primera vez se detuvo a respirar profundamente el aroma de los dos juntos mezclados y deseó poder guardarlo para siempre.

-Yo también quiero guardarlo.

Prem abrió la boca.  No había hablado.  Boun bajo la vista y se revolvió el pelo.

-Perdón.

-No.... Yo...

-No puedo creer que esté pasando esto.

Los dos lo dijeron a la vez y se rieron.  Boun le hizo una señal de silencio por el chófer.  Prem apretó los labios.

Boun se acercó.

-Con los labios apretados te ves como molesto.

-No estoy...

Boun le besó, separando sus labios y rozándolos con los suyos.  El chófer simulaba ignorar los suspiros del asiento trasero mientras él beso continuaba y subía el tono.  Boun acarició con su lengua la parte superior de su paladar y el interior de sus mejillas.  Luego le atrapo la lengua y Prem se movió hacia él pegando las bocas y tratando de mover la lengua igual, pero Boun le apretó el muslo para calmarlo.  Prem apartó la boca para respirar y Boun le besó en la clavícula, provocando en Prem un gemido que Boun ahogó de inmediato.  Prem notó algo duro contra su abdomen y los músculos de su entrada se contrajeron y emitieron lubricación mientras su miembro empezaba a ponerse duro...

-Señores -tosió el chófer. - Diez minutos para llegar.

Boun se apartó, y tanto él como Prem colocaron su ropa y se miraron.  Sobrepasados.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora