El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||

Capítulo 68: Alguien misterioso

Mark aceleró el paso.  Gun notó que le agarraban del brazo.

-¿No tenías clase?

-Ya he acabado.  Vayamos a hacer algo hoy.

Gun le miró a los ojos y finalmente cedió.  Había estado tan ensimismado en sus propios problemas que había sido un novio pésimo.  Lo cual, tratándose de un omega, era algo especialmente reprochable.  Pero Mark no era así con él.  Al contrario.  Abrió los brazos y dejó que su aroma le llenara de calma.

-Sí.  Podemos ir a comer y al cine.

-Perfecto. La última sesión para parejas no formalizadas es a las cinco.

Mark se dirigió hacia su coche. No le había dicho nada de volver a hacer el amor.  Desde aquel día en el coche y con todo lo que había venido después, Gun había estado deprimido y ausente y él no había considerado honorable hacer avances en ese sentido.

-He ido con Prem a probar los trajes.  En esa tienda -Gun señaló una lujosa tienda de dos pisos nada más salir del tramo de autopista que separaba el campus de la zona comercial.

-Me lo dijo, pero no podía ir.  Me hubiera encantado ver qué has elegido.

-Espero que no te importen los estampados.

-Una cosa que me encanta de las bodas es que es una de las pocas veces en que podemos vestirnos de colores más atrevidos sin perder masculinidad.

-Podemos comer ahí.

Mark encajó el coche en un estacionamiento en superficie.

-Espero que no me lo rayen.  Mi padre me mataría. 

El coche era de segunda mano y una gama baja, pero era lo que su padre le había dado para poder desplazarse con comodidad. 

-¿Ese no es tu padre?

Gun levantó la vista.  Su padre le vio e hizo ademán de acercarse.

-Tienes que hablar con él.  No puedes evitarlo.

-No lo entiendes.  Yo he sido la causa de su infelicidad con mi madre.

-¿Te llevas bien con ella?

-No me habla desde que se formalizó el divorcio.  Ya no soy útil.

Sonó el golpe de los nudillos de su padre contra la ventanilla. Bajaron del coche.

-Gun.  No respondes mis llamadas.

-Estoy bien.

-Eso lo sé.  Boun me cuenta todo. Es decir, que estes bien, tus estudios...

-Puedes estar tranquilo.  Mi hermanastro o lo que sea es la única persona en quien confío.

Se disculpó y se adelantó para irse.  Mark se disculpó y habló unos minutos con el padre de Boun.

-¿Por qué tenía que estar aquí? 

-Bueno -dijo Mark, sentándose frente a él en la terraza del local elegido -tu mismo dices que la tienda de ropa está ahí.  Quizás quería pagar algo.

-Tengo que ir a la oficina. -Boun se quejó. Estaba cansado de probar trajes pero no quería quejarse frente a Prem, al que le hacía mucha ilusión y que además ahora tenía los tobillos terriblemente hinchados. 

-Si tienes que ir, ve.  Estoy bien.

-Cuando llegamos estabas mareado.  Y necesitas un masaje en los pies.

-Me siento mejor después de comer.

-Bueno.  Te hago el masaje y me voy un par de horas.  Pero a cambio quiero un masaje cuando vuelva.

-¿En el cuello?

Boun le susurró algo al oído.  Prem fingió escandalizarse.

-Bien.  Te tomo la palabra -dijo al fin.

Cuando se despertó, Boun se había ido.  Boun le había masajeado las piernas, los pies y las cervicales.  Y en algún momento se había quedado dormido.

Sonrió cuando vio que Boun le había dejado una nota con un corazón.

-El camarero de este sitio se parece mucho al dependiente que me atendió esta mañana.  Creo que es el mismo.

Frente a ellos había unos platos con comida y una jarra con algún tipo de zumo con trozos de fruta.

-¿Por qué no le preguntas?

Alguien llamó al camarero.  Le llamo "Tee".  Eso le causó aún más curiosidad a Gun.  Se acercó a él.

-Hola.  Soy el hermano de Boun y Prem, la pareja que fue a comprar a la tienda de bodas esta mañana.  ¿No eras el dependiente?

El chico hizo equilibrios con los platos.  Si los rompía tendría que deducirlos de su sueldo.

-Sí.  Estuve atendiendo al omega.  Creo que te vi cuando entrasteis todos.

-¿Y ahora eres camarero?

-Es complicado.  Necesito trabajar mucho.

-Lo siento.

-No pasa nada.  Tengo un hijo pequeño que me necesita y no hay un alfa que me cuide.  Así que pago los gastos trabajando en tres sitios.  Y con algo de ayuda por parte de un amigo familiar.

-¿Por qué te llaman de una manera ahí y otra aquí?

-Porque nadie sabe aquí mi verdadero nombre.

Gun iba a hablar pero el muchacho le sonrió.

-Vete con tu alfa.  No para de mirar.

-Gracias.  Y... perdón por meterme en tus asuntos.

Gun volvió a la mesa.  Un pensamiento confuso más que añadir a los que tenía.