Capítulo 34: Amanecer

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El sol ya entraba perezosamente por la ventana del cuarto dormitorio de Boun.  Sus habitantes ya habían despertado hacia un par de horas. 

Boun había destapado el cuerpo de Prem y le había empezado a besar desde el el hombro hasta la cadera.  Prem suspiró y aún somnolienta se giró hacia él sonriendo.  Boun le besó otra vez y Prem empezó a corresponderle. 

-Quédate girado, por favor.

Prem protestó pero disfrutó de los besos y las caricias.  Boun le acarició el trasero y le introdujo dos dedos.  Prem gimió y Boun entró en el.  Está húmedo, resbaladizo, caliente.  Le hizo el amor despacio y los cuerpos de los dos se cubrieron de un sudor con ese aroma pegajoso y dulce del sexo entre alfas y omegas predestinados.

Después ya no se durmieron.  Prem estuvo acurrucado en los brazos de Boun y hablaron durante todo ese tiempo sobre los planes para la boda y cómo combinar el trabajo de ambos con esa planificación.

Finalmente, cuando el sol empezó a acariciarles y comprendieron que en pocos minutos sería la hora de que Nang despertara, se levantaron. Boun no trabajaba, y quería llevar a Prem a la tienda pero éste, ya duchado y con albornoz demasiado grande para él, le dijo que disfrutara del domingo con su hijo.

-A partir de ahora van a ser días complicados.

-¿Podemos ir a cenar? Hay que decirle a Nang que hemos decidido casarnos.

-El ya lo sabe.  Recuerda lo que dijo ayer.

-Es que quiero que salgamos...

-Mañaba buscaré a un empleado, pero puedo cerrar a las siete si quieres que cenemos juntos.

-Está bien.

Boun aún estaba en una nube cuando le vio irse. Había sido una noche inolvidable.

Prem abrió la puerta del local y los primeros clientes ya entraron comentando que llegaba tarde.  Prem sonrió con autosuficiencia.

-Anoche cene con mi prometido y hoy me quede dormido.

Sabía que habría risitas pero ya no le importaban.  Tenía un futuro claro por delante, por primera vez en su vida.

Estaba colocando la pastelería cuando recibió una llamada.  Mark.

-Dime.  Ya pensé que era papá.

-¿Qué harías si fueras alfa y tuvieras una primera cita con un omega que tiene un nivel adquisitivo superior? Se supone que el alfa debe invitar y ser generoso.

-Primero, y aunque yo sea clásico, no te preocupes.  Las cosas han cambiado. ¿Tienes una cita?

-¿Yo? No.  Es para un amigo.

-¿Y ese amigo tuyo donde ha conocido a ese omega?

-En la Universidad.

-Deberías acostarte.  Tú voz suena como si hubieras bebido demasiado.

-Para reunir valor.  Pero supongo que no es el mejor estado para proponerle una cita.

Prem sonrió.

-Duerme.  Ya hablaremos.

Siguió trabajando.

No fue hasta dos horas después cuando recordó dos cosas:  Mark no había hablado de ningún chico hasta que había conocido a Prem y la noche anterior y esa mañana él y Boun no habían usado ningún método anticonceptivo.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora