El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||

Capítulo 77: Ven a mí

Si en algún momento le hubieran preguntado a Prem como creía que reaccionaría si le secuestraban, nunca hubiera dicho que con rabia.  Hubiera apostado por el miedo, la ansiedad, mil emociones.  Pero nunca por esa mezcla de rabia e incredulidad.

Le habían dejado solo en una habitación.  Afortunadamente no le habían retenido las extremidades.  La puerta estaba bien cerrada y la ventana no solo estaba alta, no pasaba por ahí con su volumen actual.

Incredulidad porque esos dos estaban locos y querían hacer pagar unos crímenes imaginarios justo a él, que ni conocía del todo los hechos que tanto querían vengar.  Y rabia porque estaba embarazado y por tanto gordo, necesitaba usar con frecuencia el baño, hidratarse, comer adecuadamente.  Querían que hiciese sus necesidades en un cubo.  En un maldito cubo.  ¿Y la higiene? Hacía mucho calor.  Todo eso era incómodo y estúpido.

Además iban a arruinarle la boda.  Otra vez.  Tenían que estar en el salón en poco más de veinticuatro horas, en la mañana iba a ir a arreglarse a una casa de belleza y masajes y el reloj avanzada imparable.

No tenía miedo.  Si lo pensaba detenidamente en cuanto supo quienes eran sus captores, se le pasó del todo.

Estaba claro que Boun los encontraría rápido y les iba a hacer pagar cara aquella molestia.  Si el dependiente de la tienda era el ex de Boun, como habían dicho, les había visto la cara y sabía de sobras quienes eran.  Tales secuestradores no podían haber hecho las cosas bien.  Debían de haber dejado un millón de pistas.

Se sentó en la cama de la habitación, con fastidio.  Quería una ducha fresca y también quería que Boun llegase de una vez.  Se acarició la marca del cuello.  Llega pronto, pensó.  No quiero estar aquí.

Boun creía estar siendo razonable.  No se atrevía a empezar a gritarle a alguien porque entonces no iba a poder parar y Prem necesitaba que tuviese la mente fría.

No quería pensar en la expresión que debía mostrar su rostro.  La ferocidad que transmitía la veía reflejada en los demás.  Su padre le hablaba con mucho tacto, su hermano y su cuñado permanecían lo más lejos de él que podían, Talay había estado hablando con la policía y luego se había sentado en silencio.  Boun se había hecho cargo de Nang, que no dejaba de tirar de su manga y preguntarle cuando llegaba Prem.

-No lo sé, cariño.

Evidentemente no iba a dejar eso solo en manos de la policía y esperar.  Talay había explicado que la voz del secuestrador le resultaba familiar aunque había susurrado y él tenía miedo.  La dueña de la tienda había ido a recoger a su hijo, que estaba con él ahora.  Era muy pequeño, no llegaba al año.  Cuando llegó el bebé, súbitamente recordó donde había oído esa voz.

-Es mi ex marido.  Nunca usaba ese tono susurrante excepto cuando nació el niño.  Entró a hablar conmigo y me amenazó Justo con ese susurro intimidante. 

-Utilizaba la Voz.  Si un alfa la usa con alguien jerárquicamente inferior a él o un omega le provoca la obligación de obedecer. -dijo Boun.

-¿Aunque ese omega no le deba obediencia? Quiero decir, estoy con... ya no tengo vínculos legales ni sentimentales.

Boun asintió secamente.  No entendía porqué ese hombre iba a querer hacer daño a su omega.  Pero podía sentir como su sangre hervía.  Prem le estaba llamando.

Mark se atrevió a acercarse, con su ordenador portátil.

-He logrado acceder con la contraseña a las cámaras de la tienda.  Poco antes del secuestro había estado dando vueltas por ahí esa mujer.

Boun reconoció a su madrastra. Gun miraba el suelo.  No había hablado con su madre en meses y ahora se sentía culpable porque quizás pudiera haber hecho algo para evitarlo.

-¿Qué mierda...? -Boun cerró los ojos.  Sintió casi un golpe físico.  Pero había sido mental. Podía notar a Prem llamándole .

-Ven conmigo -le dijo a su padre. - Mark, quédate aquí, por favor.  No quiero que los otros omegas ni los niños tengan problemas .  Envía esos datos a la policía.  Os mantendré informados.

-¿A dónde vas ?

-A por Prem.  No se donde, pero se que sabré llegar de algún modo.