Capítulo 69: Algo inevitable

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Gun iba en el asiento del copiloto. Miró a Mark conducir y no pudo evitar dejar que las palabras brotaran de sus labios.

-Te amo.  Perdóname por ser tan frío estas semanas.

Mark le miró levemente.  Tenía que concentrarse en el tráfico. 

-No pasa nada.  Estabas pasando por muchas cosas y tenemos toda la vida.  Muy poca gente conoce a su alma gemela a nuestra edad.

-Me he dado cuenta de que tal vez juzgamos a las personas con precipitación.  Fue al hablar con ese camarero.  Parece tener una vida difícil.  No sé su historia pero todos cometemos errores y aciertos, y mi padre nunca ha querido repudiarme.  Aunque no sea su hijo.

-Podrás hablar con él.  ¿Qué película te apetece ver?

-Me apetece ir a casa.

Mark sintió una decepción en la boca del estómago.  Creía que podía persuadir a Gun para repetir en su dormitorio lo del coche.  Una vez que un alfa ha probado el sexo con su alma gemela, volver a disfrutar solo con su mano era como beber un refresco azucarado para quitar la sed.  Solo la aumentaba. 

-Está bien.  ¿Te sientes mal?

-No, estoy bien.  Se que estoy pálido pero tuve el sangrado hace unos días, es por eso.

Estaba en la fase menos fértil.  Mark maldijo su suerte.

-Podemos ir al cine mañana.  Pero mi padre va todos los días que está en Bangkok a ver a Nang y a nuestros hermanos.  Creo que ha llegado el momento de hablar con él.

Le pareció entender algo como "precisamente hoy" y se le escapó una sonrisa.

Entraron en el apartamento.  La sala estaba vacía.  En el cuarto de Boun y Prem la puerta estaba abierta.  Prem dormía de lado abrazando a Nang, que se había despertado en mitad de una pesadilla.  Dormían profundamente y el abdomen de Prem se notaba curvado en esa postura.  Gun cerró la puerta.

-Prem está en esa fase en que duerme muchísimo.  Según el médico es porque su cuerpo está ahora mismo en uno de los momentos más complicados del embarazo.  Su cuerpo está sometido a muchísimos cambios.

-¿A qué hora llegará tu padre?

Gun miró el reloj.

-Dentro de unas cinco horas.  Boun quizás un poco antes.

Mark frunció el ceño.  Estaba enfadado de verdad.  Gun miró sus ojos.  Se habían tornado color ambarino. Y emitía un aroma tan fuerte y denso que hizo que a Gun le temblaran las piernas.

-Lo siento.  Quería venir y hablar con tu hermano primero.  No se que pensé.

-Hace mucho que no salimos.  He sido muy paciente y solo quería pasar una tarde contigo...

Gun le agarró la barbilla y le besó.  Mark hizo el beso más intenso.  Lo separó.

-Deja que como alfa tome la iniciativa .

Gun notó como le sujetaba la cabeza y metía la lengua en su boca, jugando a acariciarla por dentro.  Gun notó que se excitaba.  Se moría de calor, su cuerpo estaba lubricando y el aroma de un Mark enamorado, enfadado y posesivo era irresistible.

-Tenemos unas horas.  Vamos a mi cuarto.

-Está mi hermano.

-Si se entera no dirá nada.  Es lealtad entre omegas.

-¿Y si llega alguien?

-No va a a llegar.

-Gun, llevo muchos días deseando ésto... vamos a mi dormitorio.

-Ya tenemos una cama aquí.  Y acabo de recordar lo bueno que fue.  Además sigo inyectándome anticonceptivos.

Mark gruñó y no dijo nada más.  Le tomó en brazos y entraron en el cuarto de Gun.

Este gimió.  Esta vez iba a dejar que Mark llevase toda la iniciativa.  Sabía lo que necesitaba.  El instinto le guiaba.  Se quitaron la ropa entre jadeos apresurados.  Gun trató de rodear las caderas de Mark pero éste murmuró un por favor y le dio la vuelta.  Gun gimió.  Iba a hacerlo desde atrás, no podría ver, solo sentir.  Espero unos segundos.  Escucho el rasguido de un preservativo y estuvo a punto de protestar porque los inyectables eran fiables, pero no quería, no podía detener ese remolino de placer aunque le fuera la vida en ello.

No lo había planeado, solo quería irse a casa porque se sentía confuso, pero esa mirada ambarina había despertado en el un deseo que llevaba mucho ocultando bajo su propia autocompasión.

Notó cómo entraba en él.  Sus empujones le hacían subir al cielo.  Estaba listo y lubricado y su miembro acariciaba su interior entrando una y otra vez.

El pene de Mark vibró y se sacudió dentro de él.  Jadeó su nombre, a punto de correrse cuando le sintió dentro durante el orgasmo. Mark no se detuvo y le lamió el pene.  Todo estalló en miles de estrellas de placer.

Lo hicieron dos veces más, hasta que ambos se sintieron saciados y se durmieron.

-Hola, papá -Boun entró en el ascensor de su casa -Gracias por venir tan rapido.  Éste es el hijo del señor Sutthapa.

-Claro, conozco a tu padre pero no te veía desde niño -se produjeron los pertinentes saludos.

-Hemos estado reunidos con una constructora y queremos ser socios en la promoción de un centro comercial .  No hay uno por esta zona y hay un terreno disponible.  Pero yo siempre he ejercido la abogacía y el la medicina.  Queremos invertir beneficios, pero necesitamos que un economista como tú que nos asesore.

Prem escuchó la puerta abrirse.  Había dormido muchísimo.  Tomó a Nang en brazos, que protestó somnoliento.

Salió a recibir a Boun cuando vio las maletas escolares de Gun y Mark, unas chaquetas sobre la encimera y un olor a sexo entre alfa y omega inevitable.

Si solo hubiera despertado un poco antes...

Se abrió la puerta.

El chico de la tienda de dulces||Completa|| ||BounPrem||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora